Fotografía: cortesía. Texto por Katya López Cedillo
El 6 de julio de 1923 se colocó la primera piedra del mayor zoológico de la ciudad, guardián de especies como el lobo mexicano, el cóndor de California o anfibios como el ajolote, a los cuales exhibe, pero también ayuda en su conservación.
Sigiloso, Rhi se asoma entre los arbustos. Los pequeños, sorprendidos, gritan: “¡Mira, mamá! ¡Allí está!”. Les asombra conocerlo, aún sin saber el dato más increíble: es un lobo mexicano nacido en el Zoológico de Chapultepec por inseminación artificial que salvó a su especie de la extinción en vida silvestre.
A un siglo de su fundación, el Zoológico de Chapultepec es más que un espacio para conocer a los compañeros del ser humano en la Tierra, también es un centro de conservación que resguarda la fauna y contribuye al desarrollo científico para cuidar el planeta.
En el caso del lobo mexicano, pasó de la categoría “probablemente extinto en vida silvestre” a “en peligro de extinción” gracias a los trabajos de zoológicos en Estados Unidos y México. A partir de siete lobos y una exhaustiva labor de reproducción, se conservó a la especie. Desde los años 70 se documentan 43 camadas de lobo mexicano basadas en tres linajes, uno de ellos mexicano: el del Zoológico de San Juan de Aragón, el McBride y el Ghost Ranch.
Salvando especies
“Hoy en día, hay más de 600 lobos mexicanos entre Estados Unidos y México, y muchos de ellos ya están en vida silvestre, liberados en el programa de recuperación y reproducción en los zoológicos”, comentó Fernando Gual Sill, director general de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA).
“Es una especie que se cuenta dentro del 25% que ha logrado dar un paso atrás y no extinguirse; un gran paso que muchas especies no dieron, como el dodo, que dejó de existir en la isla Mauricio a manos del ser humano”, agregó el maestro en Ciencias de la Salud en Fauna Silvestre.
Otro programa de recuperación del zoológico es el del cóndor de California que, tras más de 20 años, ha aportado 11 crías de una especie que llegó a tener sólo 27 especímenes en todo el mundo. Además, aquí existe la única colonia de teporingos del mundo y desde el pasado febrero abrió “Anfibium”, un centro de conservación de anfibios que protege al ajolote mexicano.
“Los anfibios son un grupo taxonómico en grave peligro de extinción porque son los primeros en sufrir la contaminación del agua y en mostrar que un ecosistema no está sano. Este centro es de acceso gratuito y es el primer paso para protegerlos y difundir lo valiosa que es esta especie; calculamos que entre febrero y abril acudieron casi medio millón de visitantes”, señaló el especialista.
Futuro congelado
Dentro de Chapultepec hay un área no visible para los visitantes pero importante para el futuro: el Banco de Recursos Genómicos, que hoy cuenta con cerca de mil 600 muestras de 29 especies.
“Los zoológicos buscamos que no se extingan las especies y trabajamos con las que podemos; por ejemplo, no podemos trabajar con una ballena azul, pero sí con ciertas especies, y por eso somos un banco de recursos genéticos que a futuro será muy importante para la conservación”, destacó Gual Sill.
“Este banco existe desde hace casi una década con muestras incluso de panda gigante. Aunque hace años no había uno como tal, fuimos resguardando semen de panda gigante para el futuro y somos los ‘resguardatarios’ de los recursos genómicos del lobo mexicano, desde espermas o tejido ovárico que ya se ha utilizado como en Rhi”.
Así, el Zoológico de Chapultepec conserva su objetivo original. Hace 100 años, Alfonso Luis Herrera, fundador de la biología en México y de este zoológico, llegó con los primeros habitantes del lugar: dos bisontes americanos regalados por el Zoológico del Bronx en Nueva York; una especie en peligro de extinción que dos años después vio nacer a su primer retoño en la Ciudad de México.
Gran celebración
“Seguramente en su mente, como buen naturalista, tenía las bases de la conservación, aunque el concepto no era lo que es ahora, pero seguro pensó en procurar la protección de las especies y así nació el primer bisonte americano”, enfatizó Gual Sill, quien además exaltó el trabajo de los especialistas que han desarrollado sus investigaciones en este zoológico.
Por ello, durante el centenario del Zoológico de Chapultepec (el más antiguo de los tres en la capital del país, junto a Coyoacán y San Juan de Aragón) se erigirá una escultura de su fundador y bajo ella se instalará una cápsula del tiempo, la Casa de Moneda expedirá siete diseños inspirados en siete animales destacados y habrá un timbre postal, un boleto del metro y un sorteo conmemorativo de la Lotería Nacional; todo en honor al lugar que recibe a más de 4.2 millones de visitantes anuales.
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