Los recuerdos más poderosos que tenemos son los relacionados a los sabores, o al menos, eso dicen por ahí. Cuando comemos algo ligado a algún momento en el pasado, nuestros cinco sentidos se activan y el recuerdo se hace más vívido que nunca. Anton Ego, en Ratatouille, lo sabe bien.
La mayoría de nosotros tenemos un recuerdo de la comida que nos lleva hasta nuestra niñez. Puede ser algo tan sencillo como las palomitas de caramelo que nos compraban en la feria o el panqué de nata que horneaba la abuela cada cumpleaños. Pongamos a prueba esta teoría con estos sabores de nuestra infancia en los 90. A ver a qué te recuerdan.
¿Cuáles de estos sabores de nuestra infancia en los 90 recuerdas?
Cuando ibas al súper le rogabas a tu mamá que te comprara:
Sugus
Eran chiclosos y divertidos de comer. Los comprabas saliendo de la escuela por montón para repartir entre tus amigos –aunque seguro que tú te quedabas los de uva, que eran los más ricos–. Tuvieron su auge hace 20 años, después desaparecieron durante un tiempo y regresaron, pero no, no son iguales.
Gomitas de refresco
Mejor conocidas como Cheskitos, buscaban imitar el sabor del refresco de cola pero después aumentó su variedad de sabor. Lo cierto es que eran divertidas.
Dulces de anillo
Ring Pop, de los dulces más caros que podías comprar en esa época. No estaban realmente ricos, el chiste era ponérselo nomás por convivir.
Cazuelitas
Eran de tamarindo con chile y te podías comer 15 sin darte cuenta. Ah, esa época en la que todavía existían cosas que costaban cincuenta centavos.
Chicles de maquinita
Con un peso te daban un montoncito de chicles pequeñitos de colores y formas irregulares. Tenían mucho sabor aunque se les iba rapidísimo. También estaban los chicles de bolita. Más grandes, más caros y más duraderos.
Motitas
Un chicle larguito que en su envoltura tenía la cara caricaturizada de un leopardo (de ahí el nombre de Motitas). Los amabas por su sabores: tutti-frutti, uva y plátano y porque con ellos era facilísimo hacer bombas.
Poffets
Su eslogan era «De película»; así que las comías viendo a los Power Rangers. Eran palomitas de queso suavecitas y esponjadas. Sabía bien con salsa Valentina. En algún momento desaparecieron.
Papas Alfabeto
Seguuuro las recuerdas. Eran papas fritas en forma de letras. Las servía Vip’s acompañadas con queso amarillo en un vasito para chopear cada papa antes de comerla y después de haber jugado con ellas formando palabras random. Por desgracia, ya desaparecieron.
Chaparritas en botella de vidrio
Te dejaban beberla cuando comías hamburguesas o algún tipo de “comida chatarra”. Era todo un suceso, así que pasabas 20 minutos decidiendo el sabor. Todavía las venden pero no es lo mismo en botella de plástico.
Algodón de azúcar
¡Feeeria! Quién sabe por qué, pero feria siempre fue sinónimo de dulces y golosinas. El algodón de azúcar –rosita, azul, morado o amarillo–, se te antojaba siempre que lo veías –en Chapultepec, en un parque…– pero solo te lo compraban si estabas en una feria. Cómo olvidar esa sensación de comer pero no comer nada.
Cualquier líquido que se sirviera en esto:
Brinquitos
Eran perfectos para revolcar una paleta Manita Vero o de elotito o de cerveza. Ahora existen los Dragoncitos pero no, nada que ver.
Watson
Te sentías muy adulto rebelde con uno de estos cigarros de chocolate. Primero hacías la finta de estar fumando pero luego ya nomás te los comías porque estaban deliciosos.
Back to the Flavor
Starbucks acaba de lanzar dos nuevas bebidas (una rosa y otra azul). Sus sabores seguro despertarán tu memoria y te conectarán con tu infancia. En cuanto las pruebes sabrás de inmediato cuál es su sabor y, créenos, serás transportado a un momento de felicidad total. Ve por ellas y comprueba la teoría de que los recuerdos de comida son los más poderosos, después cuéntanos a qué te recordó cada una.