Fotografía: cortesía Texto por Katya López Cedillo.
La línea 5, que va de San Felipe de Jesús a La Diana, cuenta con las dos primeras operadores tras 66 años de existencia de este sistema de transporte público en la CDMX.
La puerta del Trolebús se abre y, cuando un pequeño usuario hace su arribo es tal su sorpresa que exclama: “¡Mira mamá, lo está llevando una mujer!”. Afuera, en el asfalto, mientras transitan los peatones, algunos también se asombran y al ver a la operadora, aplauden y levantan sus pulgares en efusiva felicitación.
Yuridia Hernández y Daniela Morales son las dos primeras mujeres operadoras del Trolebús de la Ciudad de México, profesión que ejercen orgullosas tras superar un exigente proceso de selección y que han sido bien recibidas por los capitalinos. “Esto es un sueño hecho realidad. Desde que entré supe que será un trabajo para toda mi vida, que me dará estabilidad y un buen futuro”, comparte Daniela, al culminar su trayecto frente a La Diana Cazadora, en pleno Paseo de la Reforma. “Me encanta el recibimiento de la gente, te felicitan y dan bendiciones. Los niños se paran junto a mí para ver cómo trabajo y también los adultos mayores son muy lindos. Es un honor poder servir a tantas personas”, aseguró.
LO MÁS DIFÍCIL ES QUEDARTE
La capital del país inauguró el sistema de trolebús el 9 de marzo de 1957 y hasta 66 años después, dos mujeres han llegado a operar este transporte. “Lo más difícil es quedarse”, comparte Yuridia mientras sonríe. “Desde reunir tus documentos, pasar exámenes psicométricos y de conducción; son muchos procesos porque la selección es muy delicada y me enorgullece mucho haberlo logrado; esto para mí es un parteaguas. Mucha gente puede vernos y decir: ‘¡Yo también puedo!’. A veces suben mujeres y dicen: ‘Oye, ¡qué padre!, nunca había visto a una mujer conducir un trolebús’, expuso orgullosa. Pero además de ser las primeras, Daniela y Yuridia comparten el ser mamás. “Sé que el trabajo ya es mío, pero llegar hasta aquí fue tan difícil para mí como para mis hijos, que entendieron mis salidas temprano de la casa o las llegadas tarde; me apoyaron mucho cuando entraba a casa cansada y me tenían en la mesa agua, café o comida y me decían: ‘mami, yo sé que estás cansada, pero ¡échale ganas!’, por eso también es un logro de ellos”, dijo sonriente Yuridia, quien sale a las 3:30 de la madrugada de su hogar para estar a las 06:00 lista en su unidad y recibir a los usuarios.
EL PROCESO FUE UN RETO
Para Daniela, que antes de operar el trolebús conducía un vehículo escolar y después apoyaba en el cuidado de adultos mayores, el proceso fue un reto. “En mi casa me decían que estaba loca. Durante la capacitación, muchas veces estuve a punto de tirar la toalla, como cuando hicimos un trayecto de ‘Nochebús’ y terminamos a las seis de la mañana. Otras veces faltaba dinero para los pasajes pero también mucha gente depositó su confianza en mí, siempre hubo alguien que me tendiera la mano y lo logré”, relató.
Después de varias semanas de exámenes, Yuridia y Daniela fueron seleccionadas para operar los nuevos trolebuses de la capital del país, con 50% mayor eficiencia energética que los anteriores, un piso bajo para facilitar el ascenso y rampa para pasajeros en silla de ruedas. “Es complejo porque no es un transporte común; adicional a la conducción está la línea elevada (que conduce energía eléctrica), hay que cuidar de los usuarios, ver los espejos y la operación del tablero. No es sólo ver al frente y ya”, explicó Yuridia, quien antes estudiaba para ser docente y psicóloga pero también se involucró en la industria del transporte. Daniela, en su caso, tuvo oportunidad de viajar en trolebús. “Es muy diferente ser usuaria y ser operadora porque depende de ti la vida de mucha gente; un trolebús no es cualquier cosa, debemos considerar el tamaño de la unidad, los postes, la línea, todo al mismo tiempo, y es sabido que las mujeres podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo”, subrayó Daniela.
NO ES CUALQUIER COSA
En la CDMX actualmente operan nueve líneas de trolebús con 400 unidades que conectan más de 200 kilómetros en corredores “Cero emisiones” que no producen contaminación al funcionar con electricidad. “El trolebús es un transporte con mucha clase con tecnología de punta. Tiene carriles específicos y a veces si su carril confinado está obstruido, las cuerdas y los postes se alejan de la línea. No es difícil conectarse pero cuando la gente ve que lo haces se quedan con la boca abierta y dicen ‘¡Mira, una mujer está haciendo esto!’”, comentó Daniela. Yuridia espera que más personas sepan que el trolebús es un transporte no contaminante, eléctrico y sin emisión de ruido. “Cada pasajero tiene sus propias preocupaciones y todas son importantes; a veces alguien quiere que nos apuremos pero nuestros ritmos o algún problema pueden saturarnos; no hay que olvidar ser empáticos con los demás”.
Descubre más de las pioneras en manejar un trolebús en CDMX en nuestro podcast:
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