Feli Dávalos es un escritor más que completo, su oído está afinado no sólo gracias a la poesía, ya que el rap da cátedra desde su voz que va levantando entre la contaminación de esta “urbe pesarosa de torrentes plomizos”, como escribió el poeta Francisco Hernández
En Mongolia (Bonobos Editores, 2015), de Feli Dávalos, encontramos voces intercaladas a manera de batalla rapera: rimas, versos, cultura pop, crítica social, hartazgo y ritmo, ritmo y ritmo.
Dividido en seis capítulos, Dávalos nos pone en las manos un altavoz por el que van circulando escenas de la Ciudad de México y su caótico tráfico, muertos enterrados en la desesperación más que en la memoria, y nos recuerda que “somos jinetes de la basura / en la sudada mano del dinero”.
Voz y micrófono, sus versos se van levantando sin perder el humor en este aire contaminado, en donde hasta Bene- detti actualiza su estado de Facebook y deja la cursilería barata: “Mi estrategia es que un día cualquiera, / no sé cómo ni sé con qué pretexto, / por fin te vuelvas meme”.
Y, en medio de tu lectura, aparece Snoop Dog con una bata de chicas en bikini y cigarro en la mano a profetizar que el dinero sucede así: viviendo en la banalidad podrás arañar la fama que tu trabajo cualquiera nunca te dará.
Pero no todo son fotografías del plástico de los días, la carcajada hueca de esta tragicomedia llamada México aparece constantemente: “La humanidad es el hijo mayor de un policía municipal / que vende drogas y secuestra / a cambio de un puño / de dinero cicatero”.
Mongolia
Feli Dávalos (2015)
Bonobos Editores. Físico: $130.
