Luis Gantús (@gantusluis), editor, especialista y estudioso de las historietas, publicó en 2009 un texto en el que cuestionaba el culto eterno a La Familia Burrón, el cual resultó muy polémico. Aun así, se declara fan. Por su parte, BEF (@monorama) dice no le gusta este cómic mexicano, una confesión por la que se ha ganado algunos enemigos.
Con el centenario de Gabriel Vargas como pretexto, les pedimos que platicaran al respecto. Ésta fue la conversación:
Gantús: Yo sí soy lector de la historieta y por lo mismo me parece absurdo tanto amor a lo güey. La mayoría ni siquiera lo ha leído bien.
BEF: Me parece sobrevalorada, entre otras cosas porque hay muy pocos referentes más. Lo entiendo como documento social, pero como historieta es muy pobre.
Gantús: Ahí es donde difiero. En realidad era muy rica en contenidos. Y fuera de la familia en sí, los personajes secundarios eran formidables y muy interesantes en su análisis.
BEF: Pero como narrativa gráfica, el storytelling es muy primitivo: cada viñeta tiene capciones de cinco líneas: verborreica y lenta. Sin fluidez gráfica.
Gantús: En la década de los 60, La Familia Burrón tenía una narrativa más fluida. Mientras estuvo en Editorial Panamericana se cuidaban mucho las historias; cuando Vargas funda su sello GyG, eso se pierde. Recordemos que Vargas sólo hacía las ideas y diálogos, el dibujo era de Agustin Vargas y Mejía. Es notorio que al tener control de la edición, Vargas se enfocó más al texto y no al dibujo.
BEF: Le reconozco un periodo de esplendor, justo en los 60, pero a partir de ese momento el desgaste es evidente. Para los tempranos 90 no quedaba nada de aquel ingenio. Los guiones eran repetitivos y cansinos. La mató el desgaste prematuramente: hoy veneramos la sombra de su mejor momento.
Gantús: Las bases de esa historieta están sembradas en un Gabriel Vargas en plenitud, cuando estaba en contacto con la gente, cuando se permitía llevar a sus personajes a los extremos. Poco a poco la moralina propia de la edad afectó el contenido. La Familia Burrón propositiva y diferente es aquella de los 60, y ahí es donde se construye su mito. Como todo producto de extensa duración, es lógico y obvio que pierda esa frescura.
BEF: Justo no sostiene su calidad largamente. Creo que se le venera por falta de otros cómics significativos. Lamento que otras historietas que me parecen muy superiores estén olvidadas por el gran público, como Los Supersabios o Rolando el Rabioso. Si La Familia Burrón es el gran clásico de nuestra historieta, pues entonces tenemos una historieta muy pobre.
Gantús: Coincido a medias. Por un lado, concuerdo que Los Supersabios de Germán Butze es la gran historieta mexicana. No por nada Vargas, cuando hace su primera historieta, Los Superlocos, imita a Butze. Mismo caso de Rolando Rabioso de Gaspar Bolaños. Sin embargo, acotaría que La Familia Burrón sí es una de las grandes, el problema se da cuando el desconocimiento del tema y la sacralización barata que hacen algunos convierten a UNA sola historieta en la representante. Si La Familia Burrón está en el Olimpo de la cultura popular mexicana en historieta, definitivamente no es Zeus.
BEF: Andamos escasos de dioses del cómic.
Gantús: O de predicadores de su obra, porque esa manía de nuestro país de olvidar su historia ocasiona que se endiose de forma simple. Tenemos grandes creadores de historieta, pero a falta de un soporte documental al respecto, la gente agarra al que le mandan.
BEF: Festejemos entonces el centenario de Vargas en su justa medida. No dejo de lamentar que el de Germán Butze, creador de Los Supersabios, haya pasado desapercibido el año pasado.
Gantús: Yo respeto mucho el trabajo de Vargas, en particular su obra Los Superlocos, donde realmente fue atrevido y diferente, y que por cierto ninguno de sus apologistas defiende o menciona. Es por esa chaparra memoria que inclusive a quien quieren venerar minimizan a una sola obra. Y tratemos de rescatar a Butze del olvido, a quien han orillado sólo por cometer el error de morir antes de que la cultura oficial buscara a quién cargarle el fardo político que causa la ignorancia de nuestro pasado.
BEF: Ya rugiste, fiera, como diría Borola Tacuche de Burrón.