El Metro es el punto de encuentro por excelencia de los chilangos, en ocasiones nos ha tocado esperar largas horas con tal de ver al ser amado o a los amigos, por ello nos dimos a la tarea de ver qué es lo que puedes hacer durante la espera.
Y es que sabemos lo enfadoso que resulta esperar a las personas, podríamos decir que es una de las desventajas de ser puntual. Si andas por la zona norte de la capital, específicamente cerca del Metro La Villa, encontrarás algunas actividades que puedes realizar.
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En esta zona encontrarás la iglesia más visitada del mundo, nos referimos a la Basílica de Guadalupe, se cuenta que incluso este lugar reúne a más fieles que el mismísimo Vaticano; además de que también hay mercados, museos, vinaterías y muchos vendedores de artículos religiosos, en pocas palabras hay mucha tela de donde cortar.
Para cultivarte
Saliendo de la estación, se ubica el Museo de los Ferrocarrileros, el cual es un homenaje para todos aquellos trenes que partían de este lugar por allá desde 1907, y que llegaban hasta Veracruz.
El museo abrió sus puertas en el 2006 y desde entonces, además de mantener viva la historia de este medio de transporte y de las grandes luchas y acontecimientos importantes de los trabajadores, también es un espacio donde artistas emergentes muestran sus propuestas.
De las cosas que más atare del lugar, protegido con una reja, es el tren que le da la bienvenida a todo aquel que lo visita. El sitio fue remodelado, sin embargo no perdió su escencia, el edificio tiene un techo de piedra y hierro, compuesto de rieles de ferrocarril.
Para echar el caldo
Frente al museo también se encuentra un clásico de este lugar, nos referimos a los caldos de gallina que se venden en la Restaurant Zenón, cuentan con más de 50 años de vida y, si te toca esperar a alguien en el Metreo, mejor que sea mientras te echas un rico caldito.
El precio es muy accesible y depende de la pieza de gallina que elijas, ya sea pierna, muslo o pechuga. Para realzar el sabor, lo puedes condimentar con la riquísima salsa roja, el orégano y el limón.
Para los souvenirs
Siguiendo sobre Calzada de los Misterios, en dirección a la Basílica, además de peregrinos y danzantes, encontrarás vendedores de artículos religiosos como escapularios, rosarios y pulseras. No importa que no estés interesado en adquirir uno, se saben tan bien el arte de vender, que si te dejas seguro saldrás con más de un recuerdito.
Para conocer
Ya estando ahí, no está demás que pases a la iglesia y, si te da tiempo, lánzate a recorrer el cerro del Tepeyac. Para dar esta caminata no necesitas tener alguna inclinación religiosa. Aquí además de la Basílica de Guadalupe, también encontrarás un convento, un panteón -en donde se dice que se encuentran los restos de Santa Anna-, una biblioteca y hasta un museo.
Museo de Figuras de Cera
A un costado de la Basílica se encuentra una de las joyas del barrio, y no es que en este lugar sea muy bello, si no todo lo contrario, nos referimos al melancólico Museo de Figuras de Cera, en la entrada te dará la bienvenida una mujer que al calor de las copas y con música para cortarse las venas, ahoga sus penas en una cantina.
Actualmente este lugar pasa sin pena ni gloria, pero hace unas décadas era el más famoso de la capital y es que fue el primero en tener este tipo de figuras. En su interior podrás apreciar algunos personajes como Pedro Infante, otra cosa a destacar de este lugar es su precio, por tan solo 5 pesos tendrás una experiencia entre nostálgica y bizarra.
(Fotos: Dulce Ahumada)