Los chilangos podemos presumir que tenemos la segunda sociedad astronómica más antigua del mundo: nada más nos ganaron los franceses –la suya es de 1887– , pero la nuestra se fundó en 1902. Lo que no podíamos presumir era el estado de deterioro en el que se hallaba hasta hace un par de años, con apenas cinco socios desganados e instalaciones desiertas donde las únicas comunidades activas el moho, los bichos y las ratas.
Así la encontró el astrónomo Alejandro Farah en 2011, cuando se volvió miembro de la Sociedad Astronómica de México y comenzaron sus esfuerzos para mejorarla. Para 2013 ya era el presidente y había echado a andar un proyecto que incluía no sólo múltiples actividades de divulgación de la ciencia, sino el rescate del edificio que por décadas fue la sede de la SAM, en la colonia Álamos. Esta construcción, estilo art deco tardío, estaba abandonada y en progresivo mal estado. No podía quedarse así, pero como tampoco tenían recursos del gobierno ni de ninguna institución, hubo que meterle dinero del bolsillo propio, trabajar fines de semana y convocar voluntarios a ayudar. “La gente al hacer cosas que tienen impacto directo, como pintar una pared, se motiva y se involucra”, dice Farah. Empezó a jalar gente nueva, con tiempo, energía y curiosidad por la astronomía. La funcionó y, además de que la SAM empezó a crecer poco a poco (hoy tienen 40 miembros activos), el edificio ha vuelto a brillar.
Entre los escombros encontraron el primer proyector planetario de Latinoamérica, una máquina maravillosa de los años cuarenta que parece sacada de un cómic steampunk, el cual lograron restaurar. La UNAM les prestó otro, mucho más moderno, con el que proyectarán en una bóveda ubicada en la planta alta, con 35 butacas. Y hasta arriba hay un pequeño observatorio con un telescopio que perteneció a Luis Enrique Erro (el cual fue robado, así que los miembros de la SAM tuvieron que ir a buscarlo a La Lagunilla y pagar para recuperarlo).
También desempolvaron una colección de libros especializados en astronomía –algunos son de los siglos XVII y XVIII– que hoy están muy bien acomodados en la biblioteca, abierta al público. Y se rehabilitó el taller de óptica, donde imparten un curso para que cualquier persona interesada pueda construir su telescopio desde cero (y como una de las pocas cosas que los smartphones todavía no pueden hacer es permitirte ver el espacio, los niños y jóvenes enloquecen). En el miniauditorio, además, habrá toda clase de pláticas y actividades, de las cuales puedes enterarte en su Facebook: SociedadAstronomicaMexico.
Farah también es editor científico de la revista Todo sobre el espacio, licencia mexicana de la británica All About Space. El primer número les quedó muy padre y ya está en circulación. Hoy, martes 24 de marzo, se presenta oficialmente en Casa del Lago a las 20 horas. Después habrá observación astronómica con 10 telescopios, por si quieres caerle.
La sede de la Sociedad Astronómica de México está en Parque Coronel Felipe Xicoténcatl, en Isabel la Católica y Cádiz, colonia Alamos.
(Tamara De Anda)