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Después de los dos primeros partidos en los que la Selección Mexicana mostró un nivel paupérrimo, y pese a que todo el entorno se rodeó de negatividad, te apuesto a que en algún momento pensaste que íbamos a clasificar a la siguiente ronda. No te culpo, para eso está diseñado el campeonato pero, seamos realistas, no jugamos bien cuando se necesitaba.
Como desde hace mucho tiempo no ocurría, el combinado nacional quedó fuera en la primera ronda del mundial y sí, duele, pero también es necesario aprender y empezar desde hoy a planear el siguiente ciclo mundialista en el que seremos anfitriones.
Quiero dejarte lo que para mí fueron los aprendizajes más duros de esta Copa del Mundo:
- El nivel de los equipos que asisten a la copa del mundo se ha equilibrado. Hoy ningún rival es pequeño.
- No cualquier técnico puede dirigir a la Selección Nacional Mexicana. Necesitamos un DT qué entienda el entorno futbolístico, pero también el entorno mediático. La prensa mexicana no es fácil.
- No nos podemos dar el lujo de dejar fuera a los jóvenes. Es la obligación del nuevo entrenador sentar las bases para la nueva generación de futbolistas mexicanos. La dirección de selecciones nacionales debe establecer que cada mundial es una oportunidad para adquirir experiencia, sin dejar de lado la competencia.
- Necesitamos más dirigentes que entiendan que la salida del talento mexicano al extranjero, y en caso concreto a Europa, es una necesidad para el desarrollo de un futbolista al más alto nivel. También necesitamos jugadores que se atrevan.
Y así pues, finalizamos nuestra participación en Catar 2022 con más pena que gloria.
Urge que este golpe de realidad deje precedentes y nos pongamos a trabajar. Nos faltaba mucho pero ahora nos falta más.
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