Hasta hace poco más de un lustro, cuando se escribía de Uwe Schmidt, era más fácil enumerar los grupos y artistas pop a los que ha hecho alusión en alguno de sus discos que pretender enlistar sus múltiples alias. Uwe es uno de los productores de música electrónica más prolíficos, hiperactivos y divertidos del planeta.
Con varias decenas de sobrenombres ha publicado en las tres últimas décadas música diversa que ha ido desde aquellos recorridos noventeros por el electro industrial publicados bajo el nombre de Lassigue Bendthaus hasta la revisión en clave de mambo, merengue y chachachá a temas de Michael Jackson, Deep Purple o Sade que ha hecho vía Señor Coconut, una decantación del experimento con géneros latinos que había iniciado con Los Samplers y que luego seguirías con Surtek Collective.
Pero en años recientes, Uwe ha decidido concentrarse en su alias más conocido, Atom™, y con él ha ido expandiendo su ámbito de acción, lo mismo con su trabajo reciente que con el que acumuló en todos estos años.
“Como unos siete años atrás empecé a remasterizar mi catálogo y a recapitular un poco sobre lo que había hecho”, cuenta en entrevista. “En paralelo con todo esto, me había aburrido un poco de trabajar con diferentes alias, dejó de ser interesante. Y quise hacerlo a la inversa: usar un nombre y hacer cosas muy diversas bajo ese nombre”.
Uno de tus materiales más recientes ha sido Texturen, tu serie ambient. ¿Cuéntame qué te planteaste explorar en ella? ¿Tuvo algo que ver tal vez con tu circunstancia espiritual reciente?
Seguro. Toda la música que hago tiene que ver con eso, con actitudes, con psicología, con cómo se siente uno… Hay obviamente conceptos que pueden ir contra la emoción de uno en algún momento, pero trato de ver cómo me siento y qué me gusta hacer. En este contexto de remasterizar mi catálogo, me reencontré con trabajos antiguos que eran ambient, de los 90; había olvidado un poco ese mundo. Escuchando mi música antigua, sentí que podría agregarle algo con esa distancia que da el tiempo, sentí que tenía algo que decir en ese lenguaje. También tiene que ver con volver a un alias y trabajar con otro enfoque. Empezó a interesarme mucho más la filosofía clásica de la música electrónica que tiene que ver mucho con el sonido en sí. Si escuchas mi trabajo con Señor Coconut, tiene que ver más con metacapas culturales, rítmicas, lingüísticas… Cuando empecé hacer música, mi búsqueda tenía mucho que ver con el sonido en sí. Pasados más de 20 años, de repente sentí que había avanzado tanto la tecnología, que quería un poco volver a eso que tiene mucho más que ver con el núcleo de la música electrónica. Texturen y toda mi música ambient básicamente explora eso; texturas, superficies sonoras, frecuencias, cosas que tienen grano, que son suaves, y lo que significa en el sentido del impacto físico también. Esa es más mi búsqueda de los últimos años.
Para Mutek.mx vienes a presentar dos proyectos: Double Vision (hoy en el programa A/Visions 3) y Deep State (el sábado en Nocturne 2). ¿En qué consisten?
Empiezo con Double Vision porque tiene un par de años ya. Es un proyecto que estoy haciendo con Robin Fox y que desarrollamos unos cinco años atrás para el festival Unsound, de Cracovia. Robin Fox es un músico que genera audio con láser y láser con audio, hace esa conexión. Vi un show suyo en Australia unos seis años atrás y me gustó mucho. Era él solo con un láser verde, bien abstracto, sintético, artificial. Tenía muchas ganas de poder trabajar con él y complementar lo que estaba haciendo él. Hay otras capas que estamos explorando con Double Vision. Tiene de repente más narración. Por ejemplo, tiene canciones con letra, y se combina con lo suyo, que es bastante abstracto, bien matemático, científico de alguna manera. Hace como un año fue la última vez que tocamos juntos.
¿Y en el caso de Deep State?
Deep State es mi trabajo más reciente. La música la hice como unos seis meses atrás. Inicialmente fue música que hice sin pensar en un live set, fueron tracks que hice pensando en un EP o algo así, pero no se concretó con el sello con el que quería publicarlo. Tenía muchas ganas de presentarlo en vivo, porque tiene un approach bastante específico. Es música muy rítmica, muy rápida, muy lineal. La idea era hacer música nueva, en el sentido de que no quería reproducir fórmulas ni sonidos conocidos. Entonces la música de este set es bastante futurista de alguna manera. Tiene mucho que ver con meditación, con la idea de los mantras; entonces es como explorar el minimalismo y lo lineal. Tiene mucho que ver con los loops y entrar en un estado de trance en el loop. Tampoco quería hacer cosas típicas de músicos en vivo. No quería tocar, no quería ornamentar, tampoco quería actuar o algo así. En resumen, quiero que la pura música tenga impacto propio. La frase Deep State tiene ese doble sentido: alude a lo meditativo pero también a ese término político o sociológico que se refiere a un estado dentro de otro estado, cuando en un país hay un gobierno pero también otras entidades están realmente gobernando el país. El set tiene un lado transpolítico, o transocial, que tiene que ver con la energía del set. Básicamente todo el ejercicio de este set, incluidos los visuales, tiene mucho que ver con estar en el momento, porque se necesita una especie de entrega. El público, tanto como yo, tiene que entrar en este loop y estar en el momento, en el ahora.