Contracultura pop | Café Tacvba: la saga continúa

Ciudad

Café Tacvba tiene un disco nuevo. ¿Es tan bueno como sus mejores o sirve como evidencia de una decadencia que llega tras casi tres décadas de carrera? Platiquemos de ello

Café Tacvba publicó Jei Beibi el viernes 5 de mayo. Es el octavo disco de estudio de su carrera. Entre este y el anterior —el extraño El objeto antes llamado disco— transcurrieron 5 años.

Es, como todos los discos del cuarteto mexiquense, una obra ecléctica, a la que se le resbalan las etiquetas. Además, eso de querer clasificar, al menos cuando hablamos de música, en pleno 2017 resulta más necio y obsoleto que nunca. ¿Qué necesidad?

Se puede hablar de influencias que se vislumbran en las canciones. Pero en el caso de Tacvba nunca ha sido fácil distinguirlas, salvo que el grupo decida hacerlas obvias. Son influencias que difícilmente permanecen íntegras. Solo son un punto de partida: las manipulan, las retuercen y las filtran a través de ideas y experiencias hasta que quedan prácticamente irreconocibles. Ahora se puede hablar de la sicodelia progresiva setentera que marca “Disolviéndonos”, uno de los puntos más altos de este álbum. De la cumbia deforme y oscura que sostiene “Futuro”, la mejor pieza del disco. También está ese extraño experimento llamado “Me gusta tu manera” —mitad tropical house, mitad homenaje a Missy Elliot— que probablemente esté generando profunda confusión entre muchos de sus entusiastas. Y su servidor le encuentra algunas reminiscencias de “Riders in the Storm” de los Doors a “Matando”, pero quizá sea producto de mi imaginación.

Se podría separar a las canciones del Jei Beibi por su tono. Algunas son oscuras, duras y maduras. Otras contrastan notablemente por luminosas, alegres y cuasi juveniles. Y hay un par que lamentablemente pisan los terrenos de la cursilería. Sin embargo, cualquiera que haya seguido la carrera de Tacvba sabe que en cualquiera de sus discos hay canciones que se pueden colocar en cualquiera de estas categorías. En ese sentido no hay novedades.   

Y eso es lo que he encontrado —en redes sociales— que se le achaca a Tacvba: la falta de novedades. A mí me parece que sí hay. Estoy convencido de que en varios momentos el grupo se aventura por rutas que no había explorado antes. Yo no creo que se les pueda acusar de reciclar ideas, incluso a pesar de que existen piezas en este disco que parecen tener conexión directa con momentos de su pasado ¿Qué artista no las tiene? Jei Beibi no es un disco fácil e inmediato. Exige varias vueltas. Y aunque es disparejo, predominan las buenas canciones, varias que tranquilamente se podrían meter en cualquier antología con lo mejor de los tacvbos.

Las ganas de hacer cosas nuevas se confirman en los primeros conciertos que ofrecieron tras la salida del disco, el sábado 6 y el domingo 7, en El Plaza Condesa. Empezaron con tres temas nuevos, lo cual es riesgoso, y sin embargo no les representó ningún problema. Evitaron tocar todos sus éxitos indiscutibles, abriéndole paso a canciones más oscuras de su catálogo, aquellas que, me parece, dialogan bien con lo nuevo. Y los más importante: nos recordaron que la única constante es la capacidad que tienen para cambiar sin traicionar su historia o su integridad. No hay muchos artistas que se puedan jactar de ello.