A los 13 años, Astor ya era un tanguero, pero un solo hecho lo definió.
Tocaba piezas de Gardel, pero no sabía la importancia de este en el mundo del tango hasta que le regaló personalmente una figura tallada por Vicente, su padre, en la visita del cantante a Nueva York.
Embelesado por el sonido de Astor, Gardel lo invitó incluso a formar parte de su banda.
Años después, en 1935, los Piazzolla recibieron un telegrama proveniente de Long Island. Era de Gardel.
El intérprete de “El día que me quieras” les propuso llevarse al adolescente con él en una gira que iba a emprender por Centroamérica.
Sus padres Vicente y Asunta agradecieron, pero rechazaron la oferta del astro argentino, justificando la edad del niño y la inexperiencia de este.
Ese revés le salvó la vida. Gardel viajaba en uno de los 2 aeroplanos que chocaron a punto de despegar en Medellín, Colombia.
Piazzolla siguió una carrera académica, alejada del jazz según sus críticos, y más cerca de elementos de otras músicas. Él siempre se consideró tanguero.
Argentina y México
Para César Olguín, bandoneonista y líder de la Orquesta Mexicana de Tango, la música popular mexicana y la rioplatense están hermanadas en la forma de abordar la vida y la muerte en sus letras y música.
“Estos son los 2 puntos fundamentales de la música de estos lugares. Astor Piazzolla sabía manejar con maestría esos temas en su música”, apuntó.
“Creo sin que musicalmente haya una confluencia entre las manifestaciones musicales, los orígenes de estas músicas (la argentina y la mexicana) tienen, a través de España y de Francia, el mismo bagaje”, dijo.
Además, señala, tangueros en el mundo interpretan piezas de autores mexicanos como Agustín Lara y Mario Lavista.
“La Orquesta no solo rinde tributo a Piazzolla, también a grandes maestros de la música contemporánea que son interpretados ocasionalmente en el tango, como es el caso del maestro Mario Lavista, Eugenio Toussaint y René Torres”, dijo.
Las estaciones de Astor
El poeta uruguayo Horacio Ferrer considera que la llegada de Piazzolla al conservador y clásico mundo del tango generó una revolución.
“Eso no es tango, se decía entonces”, según rememoró Ferrer, quien equiparó al compositor con Carlos Gardel por haber sido un “universalizador” del ritmo 2×4.
Olguín asegura que es complicado que un tanguero no sea comparado con la música de Astor.
“Para los compositores actuales es muy difícil escribir tango sin parecerse a Piazzolla. Su influencia sigue siendo determinante.
“Él fue un revolucionario, una persona que le dio un nuevo brío al tango a través de haber permeado en su música otros géneros como la música clásica y el jazz”, indicó.
Piazzolla describía su música como misteriosa, profunda y llena de dramatismo.
“Cuando empezamos con el octeto, por ejemplo, parecíamos salidos de un grupo de combate. ¡Éramos 8 guerrilleros subidos al escenario!”, describió el propio Piazzolla en 1982.
Entre sus composiciones más recordadas se destacan “Adiós Nonino”, “Libertango”, la suite “Las Cuatro Estaciones Porteñas” y “Balada para un loco”.
“Tocaba el bandoneón parado, casi con las entrañas”, dice Ferrer.
Esa intensidad, asegura Olguín, será interpretada por los integrantes de la Orquesta Mexicana de Tango, quienes también celebran su cuarto aniversario.
En 2009, la agrupación dio a conocer su primer material “Orquesta Mexicana de Tango”, al que le siguió, en 2011, “El Tango de México”, en el que cuentan con la participación especial del cantante Pablo Ahmad.
Su fundador tiene en su haber 19 trabajos discográficos.
Concierto: Homenaje a Astor Piazzolla por la Orquesta Mexicana de Tango.
Fecha: 6 de julio.
Lugar: Lunario del Auditorio Nacional.
Dirección: Paseo de la Reforma 50, Bosque de Chapultepec, Miguel Hidalgo.
Horario: 21:00 horas.
(MIGUEL Á. MORALES)