Chopeo, del verbo chopear (o el arte de maridar un pan)

Por: Redacción
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Hay quienes acompañan su pieza de pan con un humilde vasito de leche o una discreta taza de café o té. Algunxs otrxs prefieren leche de almendras, de avena o de arroz. Otrxs valientes se comen el pan al instante, sin acompañamiento más que el antojo. Pero muchxs chilangxs aman maridar su panecito con algo más específico

Por Dulce Villaseñor*

Atole

El atole es una bebida prehispánica, caliente y espesa, hecha a base de maíz cocido y molido con agua. Esta es la base original de los atoles, que actualmente puede tener otros sabores, desde frutas como guayaba, piña o fresa, hasta otros más pecadores como de cajeta o nuez. Son una caricia al paladar que, además, por su alto contenido calórico, puede mantenernos satisfechxs durante todo el día. Los primeros registros del atole provienen de las Cartas de relación de Hernán Cortés, quien se sorprendió por esta bebida de lxs mexicas. Una de sus variables es el famoso champurrado, que cuenta con los mismos ingredientes solo que se hace a base de la masa del maíz.

Café de olla

De acuerdo con información de la AMCCE (Asociación Mexicana de Cafés y Cafeterías de Especialidad), el mismísimo Moctezuma acostumbraba beber diariamente una infusión de miel, maíz y cacao, muy similar a la mezcla que hoy en día es conocida como el café de olla. Con los años, a esta bebida se le añadieron otros ingredientes como clavo, canela y piloncillo (también conocido como panela). Además, comenzó a prepararse con café de grano molido dentro de una olla de barro. Hay quienes le añaden cáscara de naranja o de limón. Esta bebida es una gran opción para maridar cualquier tipo de pan dulce, ya que además tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y digestivas.

Ponche

El ponche es ideal para acompañar no solo la posada decembrina, sino también los momentos panaderos en familia. El chef Aquiles Chávez, del restaurante Sotero, acostumbra preparar un ponche con ingredientes disponibles todo el año: “La base son seis litros de agua, un kilo de manzanas, un kilo de pera, 250 gramos de ciruela pasa, jamaica, tamarindo, seis anises estrella y clavitos de olor. Lo endulzo con piloncillo y una naranja en rodajas”. En octubre la temporalidad de los ingredientes cambia, así que el chef añade guayabas, cinco cañas peladas, 12 mandarinas en gajos y tejocotes. “No puede faltar el piquete con ginebra, que le da un toque herbal al evaporarse con el calor”.

*Texto adaptado para +Chilango

CHILANGO IMPRESA, OCTUBRE, PÁGINAS 25-26