El Maizo ofrece platillos guerrerenses y mezcal en un local muy bonito.
Aunque el platillo guerrerense más conocido en el DF es el pozole verde, la gastronomía de ese estado es mucho más diversa. En la Roma acaba de abrir un lugar para conocerla: El Maizo.
El local se ve sospechosamente bonito: muros negros y acentos en color, iluminación tenue perfectamente diseñada, espejos, papel tapiz personalizado, artesanías guerrerenses cuidadosamente escogidas. Es imposible dejar de preguntarse si le echaron demasiadas ganas a la ambientación porque sentían que andaban flojos en la cocina. ¡Pero no! En cuanto llegan las entradas, acompañadas de tortillas hechas a mano, queda claro que aquí se come requetebién.
La jovencísima chef, Donají Catalán, es originaria de Guerrero. Su esposo y sus suegros también, y entre todos pusieron el restaurante. Para empezar, puedes pedir el tamal de Ometepec, las picaditas o las chalupas. Después, las enchiladas San Francisco –con chile guajillo–, el mole rojo, el mole de queso –grandes piezas de queso de rancho en un caldillo de jitomate rico rico rico– o el maravilloso chile relleno de picadillo chilapeño, capeado y servido con plátano y piña en caldillo de tomate. O si es fin de semana, el pozole verde.
De postre, las torrejas estilo Chilpancingo son ideales para quienes no le temen a lo empalagoso. Una opción mucho más delicada son los huevos reales: un pancito de yema, esponjoso y suave, bañado en una miel ligera.
Lo único que no nos convence de El Maizo es la música, que le iría mejor a un bar de Satélite (demasiado Enrique Iglesias, Ha-Ash y Yandel). Para contrarrestarla, pide un mezcal y ponte feliz.
Chiapas 206, col. Roma.