En la Portales nacieron personajes como Óscar Chávez, Fernando Bustos y Carlos Monsiváis El mago de la portales.
Los inicios de la colonia Portales se remontan a la construcción de la Hacienda de Nuestra Señora de la Soledad de los Portales; sí, de ahí el nombre.
Esta hacienda perteneció, en sus inicios, al general Manuel Sánchez de Tagle, pero en 1888 lo adquirió Francisco Cravioto Gallardo, quien se asoció con Herbert P. Lewis para fraccionar los terrenos de la hacienda y así trazar manzanas, calles y parques. La hacienda permitió colocar a la Portales en el mapa, ya que por los terrenos transitaban mercancías y productos destinados a la venta y consumo de las localidades vecinas, lo que también permitió que la colonia creciera.
Con el tiempo, la colonia Portales fue perdiendo su producción ganadera y, con la construcción de nuevas casas y fraccionamientos, la colonia inició un proceso de urbanización con la que se construyeron escuelas, clínicas, parques y el mercado que fue fundado en 1957. Además de su tradicional mercado, la Portales también alberga un mercado de pulgas y los llamados ayateros, quienes por más de 70 años han vendido antigüedades; de hecho, este mercado fue uno de los más visitados por el cronista de la CDMX, Carlos Monsiváis.
Antes de convertirse en el Parque de los Venados, este parque estaba dedicado a Pancho Villa, del quien se conserva un estatua puesta en los años 80. Fue construido en los años 1952 y 1953, y el nombre fue adoptado por las esculturas de venados que se encuentran dentro del parque, el cual cuenta con andadores que recorren el parque en 18 prados.
Con el paso del tiempo, y por la acelerada urbanización de la zona, comenzaron la construcción de la línea 2 del Metro que le dio nombre a la estación Portales. Las nomenclaturas de sus calles hacen referencia a países de Europa y Asia, así como a algunas capitales. Otras calles hacen referencia a lugares de México como Altamira, Ajusco o Necaxa.
Una de las características que conserva la colonia Portales son los negocios familiares que se han mantenido con el tiempo y que ya son indispensables de esta zona que ha sabido sobrevivir a la gran urbe que es la Ciudad de México.