La condesa -condechi pa’ los cuates- es de las colonias más visitadas por los chilangos que –además- cuenta con una larga historia.
Durante la época de la Nueva España muchas colonias se edificaron en la Ciudad de México, una de ellas fue la Condesa, que se ubicó entre Tacubaya y la Roma. Comenzó como la Hacienda de Santa María del Arenal, los propietarios mantuvieron muchos años la hacienda hasta 1704 cuando fue adquirida por la familia de María Magdalena Catarina Dávalos de Bracamonte y Orozco, tercera Condesa de Miravalle, quien era dueña 70 haciendas en el estado de Michoacán, una mina en Nayarit y distintas propiedades en otros estados de la República. En la CDMX heredó la Hacienda de Tacubaya, que abarcaba las colonias de Hipódromo Condesa, Tacubaya y la Roma.
Lo de Hipódromo se debe a que gran parte de la Hacienda tenía una sede del Jockey Club de México que construyó un hipódromo que funcionó hasta 1920. En 1907 se inauguró la plaza de toros El Toreo de la Condesa, que en su época fue la mayor plaza de América. Funcionó hasta 1946, cuando fue desmontada, con la estructura que quedó se construyó el Toreo de Cuatro Caminos que en 2008 dejó de existir.
En 1927 fue fundada oficialmente la Condesa y para ser habitada se fraccionaron los terrenos que al principio respetaban el trazo delineado por el antiguo hipódromo, con su forma elíptica. También se hicieron boulevares, camellones, glorietas, fuentes y dos grandes parques: el Parque España y el Parque México, cuyo nombre original era General San Martín.
La Condesa siempre ha sido refugio de la clase media alta chilanga, una parte de la comunidad judía y extranjeros la han habitado. De ahí que su arquitectura muestra un estilo neoclásico, ecléctico y art decó, muchos edificios aún conservan su estructura, de hecho se han registrado 250 edificios de la Condesa como monumentos artísticos o históricos de nuestra ciudad.
El temblor del 85 también dejó estragos en esta colonia, afectando a varios edificios que con el tiempo fueron agarrando fuerza. En realidad, esta colonia siempre ha sido reconocida por su oferta cultural ya que alberga a muchos –muchísimos- restaurantes, librerías, cafés, galerías de arte, boutiques de moda, centros culturales y una gran parte de áreas verdes de la CDMX.
La comunidad artística e intelectual ha adoptado esta colonia como suya, inspirándose –al igual que la Roma- en sus obras artísticas. Algunos de los artistas que la habitaron son: Juan José Arreola, Agustín Lara, Mario Moreno “Cantinflas”, Francisco Gabilondo Soler, Tina Modotti, Teodoro González de León –arquitecto chilango que remodeló el antiguo Cine Lido para convertirlo en el Centro Cultural Bella Época-, Juan Soriano, Francisco Contreras y muchos más.