Pixza: más que masa y queso, es ayuda social

Las pizzas con masa azul no es lo que más te sorprenderá; su apoyo social es uno de sus mejores ingredientes

 

En el corazón de la colonia Juárez, un pequeño local sirve pizzas como nunca las habías visto: hechas de masa azul—la clásica de los tlacoyos y quesadillas— con guisos mexicanos bien montados sobre el queso, en donde Alejandro Souza es quien ideó este concepto.

Con la innovadora idea sobre la mesa, este defeño empleó su experiencia en voluntariado con gente en situación de calle para disfrazar a una plataforma de empoderamiento social detrás de la pizzería. La empresa se mueve motivada por la ayuda a jóvenes entre 18 y 30 años, en busca de seguir un proceso que les permita reinsertarse en la sociedad que poco a poco los ha dejado a un lado.

Alejandro cuenta que la intención del proyecto no es prevenir el problema ni rescatar personas, sino convertirse en el último eslabón de la cadena, impulsándolas a dejar atrás los problemas que las llevaron a una mala calidad de vida.

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Al comprar sus pizzas, puedes dejar un mensaje positivo a quienes disfruten de ellas.


¿CÓMO FUNCIONA?

Por cada cinco rebanadas que venden, Pixza pone otra para ser regalada a una persona en situación de calle (parecido a la dinámica del café pendiente), mismas que se van acumulando por semana y los domingos son repartidas en un albergue de la Lagunilla.

Para tener un mejor control de la actividad, el staff de Pixza le otorga una pulsera a cada uno de los participantes para convertir el proceso en una dinámica más amigable llamada “La ruta del cambio”, y que está dividida en tres etapas.

En la primera, los participantes tienen que haber recibido al menos cinco rebanadas, un sacrificio que más de uno aceptará. Después de esto, los interesados deben generar un cambio positivo para su comunidad, acción que deben repetir dos veces antes de pasar a la segunda etapa.

Aquí, las personas son apoyadas con un curso de habilidades para la vida, un baño, un corte de cabello, una camiseta, y para finalizar se les hace un diagnóstico médico. Para la tercera etapa, a los interesados se les hace una oferta de trabajo dentro de la pizzería o en una asociación amiga, donde se les capacita por dos semanas. Al terminar, se gradúan del programa con el título de “Agentes de cambio”.

Apenas con nueve meses de vida, en Pixza han repartido mil 390 rebanadas, lo cual se ha traducido en empleo para siete personas en situaciones vulnerables.

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A los participantes se les entrega una pulsera para llevar un control de las etapas en las que se encuentran.

 

EL HORNO SOCIAL

Debido a la gran demanda que el proyecto trae consigo, Alejando estableció una fondeadora, llamada Horno Social, en la que invita a personas, organizaciones o empresas a inscribir una dinámica similar.

“La idea es que ellos hagan campaña durante un mes, invitando a la gente a comprar su creación de pixza. Al final lo recaudado se les entrega íntegro, menos el costo de producción, y se hace un convenio para que empleen a gente graduada de mi programa”, explica Alejandro.

Para conocer más del proyecto, visítalos en Liverpool 162, col. Juárez, martes y miércoles de 13 a 21 h, jueves de 13 a 22 h, viernes y sábado de 14 a 23 h, domingo de 14 a 20 h.

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La idea del proyecto es impulsar a las personas a buscar una mejor vida.