Hace poco mas de una semana, Plastilina Mosh estrenó una canción, algo que no había ocurrido en casi una década. ¿Ha valido la pena la espera?
A Plastilina Mosh no se le ha dado el lugar que se merece dentro de la historia del rock mexicano. Es un grupo que, a pesar de haber sido atrevido, poco conservador y con un agudo sentido del humor, logró posicionarse firmemente en la corriente principal a finales de los 90. Una cosa excepcional.
Rápidamente se distinguió de todas las bandas de Monterrey agrupadas bajo la dudosa etiqueta de “Avanzada regia”, con un sonido que poco tenía que ver con el nu metal que la mayoría ofrecía. Sí, tanto su primer sencillo, “Niño Bomba”, como su respectivo video estaban notablemente influenciados por los Beastie Boys, pero poco después, el dueto que forman Jonaz González (voz y guitarra) y Alejandro Rosso (teclados) encontró su identidad.
Haciendo música brillante —y con el apoyo de una disquera trasnacional que les dio prioridad—, alcanzó lugares en las listas de popularidad que se les negaron a otros grupos de su generación. No tuvieron que cantarle a los dioses ocultos, hacer ska panfletario o fusilarse a Limp Bizkit. No, lo suyo era kitsch, irónico, sofisticado y elegante. Pero también con momentos bien raposos, de puro desmadre, de pura euforia. Las personalidades contrastantes de sus dos integrantes proyectada puntualmente en sus canciones. A veces al mismo tiempo, a veces por separado. Pero todo funcionaba muy bien.
Tras haber publicado el álbum All You Need Is Mosh, en 2008 (hay que decirlo, el más flojo de su carrera), y presentarlo en vivo a lo largo de los tres años siguientes, el grupo detuvo actividades durante cuatro años.
Hace poco entrevistaba a Jonaz, a propósito del lanzamiento de su primer álbum en solitario, y comentaba que, pese a sus diferencias, nunca ha habido una ruptura definitiva: “Siempre ha habido un código de respeto. Nunca nos mentamos la madre”.
El silencio discográfico de Plastilina Mosh terminó hace casi dos semanas con un sencillo tibio llamado “MJLM”. La música es un electro funk poco memorable que no estaría fuera de lugar en una colección de lados b de Daft Punk. La letra solo dice “Michael Jackson/Luis Miguel” una y otra vez. Estoy casi seguro de que no es un denuncia contra la explotación infantil. Tampoco una reflexión de talento arruinado por los excesos. Ni siquiera funciona como homenaje a estas dos supernovas del pop. Más bien tiene pinta de mal chiste. De provocación gratuita. De arte conceptual malogrado. Solo falta esperar que el resto del disco que están trabajando sí esté a la altura de su historia. Nos dijo Jonaz que esperan hacer 12 canciones y que al momento tienen unas cinco terminadas hechas en conjunto, detonándose ideas mutuamente. En octubre sabremos si está de regreso una banda esencial y necesaria.
Foto: Cuartoscuro