Estoy cansando de quienes van a conciertos a sacar su teléfono para hacer fotos y videos, arruinándoles la experiencia a todos los de alrededor ¿No pueden pensar en los demás?
Martes 4 de abril, 2017. Auditorio Nacional, Ciudad de México.
Algunas preguntas —sin mala intención, que conste— para el personaje que está a dos filas adelante de mí: ¿Por qué necesitas documentar con tu iPad TODO el concierto de Sigur Rós? ¿Algún día volverás a ver esos videos que has estado filmando durante las dos horas que dura el espectáculo? ¿No te importa que con el micrófono de tu aparato resulte imposible registrar de manera fidedigna la música que se está generando en el escenario? ¿Es la única forma en la que podrás conservar el recuerdo de haber estado en este lugar y en este momento? ¿No te das cuenta de que tu pantalla luminosa nos arruina el concierto a los que estamos a tu alrededor? ¿O sí te das cuenta pero sientes que es más importante lo que estás realizando?
Somos bichos raros. Necesitamos informarle a nuestros seguidores, a nuestros amigos y al mundo sobre nuestras actividades. En el caso de los conciertos, la foto del escenario —algunas veces es una selfie donde este sirve de escenografía— ha remplazado a la camiseta del artista que algunos usábamos a la mañana siguiente como prueba de nuestro asistencia. Por si fuera poco, no solo están los que necesitan una buena foto para colocar en sus redes sociales —más o menos tolerables, y aquí declaro mi mea culpa: lo he hecho— sino también personajes que se empeñan en grabar todo el espectáculo. Entero. No son pocos los músicos que alientan a su público a no sacar su teléfono durante el concierto: Prince, Beyoncé, Jack White y Björk, entre muchos otros lo han hecho. Algunos, incluso, han intentando prohibirlo. El conjunto inglés Savages colocó letreros con la siguiente leyenda en los foros donde se presentaron durante su última gira:
NUESTRA META ES DESCUBRIR MEJORES FORMAS DE VIVIR Y EXPERIMENTAR LA MÚSICA.
NOSOTROS CREEMOS QUE EL USO DE TELÉFONOS PARA GRABAR Y TOMAR FOTOS DURANTE EL CONCIERTO NOS IMPIDE A TODOS SUMERGIRNOS TOTALMENTE. HAGAMOS QUE ESTA NOCHE SEA ESPECIAL.
Otro que ha comentado al respecto es el brillante Jarvis Cocker, en entrevista con The Quietus: “La gente siente la necesidad de filmar eventos en sus teléfonos para que puedan revivirlo más tarde. Me vuelve loco en los conciertos. Está pasando, ¿verdad? ¿Por qué no solo mirarlo? Parece estúpido tener algo sucediendo delante de ti y mirarlo en una pantalla que es más pequeña que el tamaño de un paquete de cigarrillos”. ¿No tiene acaso toda la razón?
Lo peor es que habrá quienes se enojarán con esta columna. Quienes crean que pagar un boleto les da todo el derecho para hacer lo que se les dé la gana. Quizá ni siquiera se den cuenta de la forma en que afectan al que está atrás cuando levantan su teléfono para filmar y tomar fotos, obligando a los que están a sus espaldas a ver el concierto a través de su pantalla. Son tiempos en los que pensar en el otro no se da con frecuencia.
Foto: Especial