En estos tiempos, U2 genera más odio que quizá ningún otro artista (¿Coldplay? ¿Nickelback?). El anuncio de su colaboración con Kendrick Lamar provocó el berrinche de varios millenials. ¿Está justificado?
Posiblemente el artista más relevante del planeta en este convulso 2017 sea Kendrick Lamar. Es un rapero de lengua afilada y rimas elegantes, de canciones contundentes, vanguardistas, que constantemente tuerce ese lenguaje llamado hip hop, empujándolo hacia lugares insólitos sin reparar en riesgos. Lamar no solo consigue que la crítica coma de su mano, también es increíblemente popular, capaz de producir música memorable y que, al mismo tiempo, retrata y examina de manera puntual y urgente los problemas sociales que le han rodeado desde que tiene conciencia. Su discografía es sólida, siempre a la alza, y ha demostrado ser un artista serio a la hora de presentarse en vivo y en directo. Es el Michael Jordan —antes del beisbol y de los escándalos de ludopatía— del rap.
Y sin embargo, a pesar de que pareciera estar blindado contra cualquier tipo de crítica, los días antes del lanzamiento de su nuevo álbum, DAMN, levantó muchas cejas y genero un sinnúmero de berrinches —al menos en redes sociales— al anunciar que entre los colaboradores de esta colección de canciones estaba U2. La imagen del grupo más repudiado por los millenials tomado de la mano con uno de los artistas más serios y creíbles del momento generó polémica de esa que vemos todos los días en Internet.
Pronto se empezó a especular sobre cuál sería el rol de los irlandeses en el disco ¿Les habrían dado crédito a partir del sampleo de una vieja canción? ¿Los habría invitado como maniobra publicitaria?
Resulta que Bono —los demás no pintan en esta ocasión— se hace cargo de unos versos a la mitad de un temazo llamado “XXX”. Y contra los pronósticos de sus detractores, no es el fiasco previsto. La revista SPIN —que aún conserva cierta seriedad— rápidamente declaró: “Ahora que está aquí podemos respirar tranquilos, porque la canción es buenísima”. Newsweek también dio su opinión al respecto: “Los nervios estaban fuera de lugar: “XXX”, la canción con U2 en los créditos, es uno de los puntos más altos del disco. Es el mejor Bono en años. La pieza es frenética y feroz”.
Prueba superada para los irlandeses, que empezando mayo se embarcan en una extensa gira en la que reproducirán en su totalidad una de sus obras emblema: The Joshua Tree.
Sin embargo, me quedo con una duda: ¿por qué U2 genera tanto odio? Hay buenas razones, pero no sé si serán suficientes como para opacar la brillante carrera que han hecho. Lo discutimos en la columna de la próxima semana.
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