Procastinar, esa bella acción difícil de pronunciar pero muy fácil de hacer, es aquél hábito que vive dentro de muuuchos de nosotros (sí, hasta dentro de ti), que nos “obliga” a postergar lo que tenemos que hacer. Aunque lo neguemos, hay muchas cosas que siempre juramos y perjuramos que haremos pero nunca hacemos. Pero no te preocupes, no eres el único.
Ser puntuales
Estamos súper dispuestos a dejar de lado el pretexto del tráfico y levantarnos temprano, ponemos una alarma cada diez minutos y…nada, ¡nos quedamos dormidos otra vez! o los cinco minutitos que nos tomamos se transforman en una hora.
Hacer ejercicio
Ya te viste…cinturita, piernas de atleta y abdomen de lavadero en lugar de lavadora. Peeero siempre gana la flojera o los quehaceres cotidianos y postergamos el ejercicio para después porque estás segurísimo que el “lunes empiezas”.
Ponerse a dieta
Justo cuando decidiste despedirte de todo aquello que contenga grasa, se te atraviesa una pizza, tacos al pastor, las gorditas de mixcoac y hasta tu mamá se pone en tu contra y decide hacer pozole el fin de semana….y pues ¿a quién le dan pan que llore?
Ahorrar
¡Basta de gastar en cosas que no necesitamos! Estamos decididos a ahorrar dinero y no permitir que la quincena se nos acabe en dos días. Peeero se atraviesan las ofertas de fin de temporada, los antojos al salir de la oficina o el lanzamiento de tu videojuego favorito. ¿Y el dinero? ¡Nooooo! Al final te consuelas pensando que sólo faltan 14.5 días para tu siguiente pago.
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Aprender otro idioma
Aunque lo niegues, esta es de las promesas que has postergado aaañooos y obviamente este 2016 no iba a ser la excepción. Tienes todas las ganas de “spikar el inglish” pero nomas no surge la oportunidad. Intentas con cursos en línea o apps gratuitas pero sigues sin poder ver series o películas sin subtítulos.
No Beber tanto
Llegas al punto en el que haces un pacto con tu hígado y le prometes no hacerlo trabajar a marchas forzadas. En las primeras reuniones bebes poco pero entre la fiesta de graduación, cumpleaños y logros laborales, terminas olvidando la promesa. Llegas a la conclusión de que con tanta pachanga es imposible resistirse, que no eres tú, es el mundo que conspira en tu contra. ¡Y ya vienen las fiestas de fin de año!
Uno más
Esto es más general. Muchas veces prometemos hacer por última vez algo pero jamás lo cumplimos. Aplica para “la última y nos vamos” del viernes, tacos, cigarros, capítulos de libros y animales rescatados de la calle.
Ánimo
Pero no te preocupes, recuerda que cada semana trae un lunes donde puedes empezar a cumplir todo lo que prometiste.