Hacer una puesta en escena clown es muy complicado. Es un género artístico que combina la risa y el llanto en una misma escena; su público pasa de la felicidad a la melancolía absoluta en cuestión de segundos. Es como estar en un subibaja…
Con pocos elementos y única y exclusivamente por medio del talento del artista es que se logra concretar este género del performance. Si el clown no es gracioso o dramático, la obra de teatro de cae. Hay que tener ése feeling para llegarle al corazón a quienes lo observan.
La primera obra que vi de este tipo fue Perhaps, perhaps, quizás de Gabriela Muñoz. Hace ya varios meses iba caminando por afuera de Toca galería y me encontré al dueño, lo saludé y me invitó a pasar. Estaba a punto de comenzar una obra de teatro, de la cual yo no tenía ni idea de qué trataría. Entré y resultó una invitación maravillosa. No recuerdo haberme reído tanto jamás como ésa tarde. Gaby sabe cómo ganarse al público, cómo provocarlo, cómo convertir su cuerpo en materia prima; dejando a un lado la vanidad y el qué dirán. Se entrega completa. Verla es un deleite. No por algo todas sus presentaciones con este montaje fueron sold out.
En este 2015 tiene una nueva puesta en escena, se llama Limbo y está en el teatro Milán. La acabo de ir a ver. Es una verdadera obra de arte. A diferencia de la pasada, esta no es un monólogo, participa un actor más y alguno que otro elegido del público.
Me encanta que ahora se muestra más viajada, onírica, surrealista, atrevida y propositiva. Le da un nuevo giro al teatro mexicano. No se parece nada a nada que haya visto antes. Me introdujo en un sueño que bien pude haber tenido cualquier noche, pero aquí lo viví despierta.
Regálense la oportunidad de verla. No se van a arrepentir. El limbo no es como lo pintan…
Funciones: lunes, martes y miércoles a las 20:30 horas.
(Yannina Thomassiny)