Quizá no lo sabías pero los buñuelos vieron la luz hace más de medio siglo en la Península Ibérica en el siglo XVI, cuando los moriscos de baja condición social, los vendían en las calles. Con el paso del tiempo, recorrieron el mundo y se hicieron muy populares en países como Nicaragua, Venezuela, Perú, Bolivia, Panamá, Colombia y México.
Con Sazón Oaxaqueño
Cuando entras a este sitio, te envuelve un ambiente familiar y colorido. El nombre del lugar, deriva de la palabra zapoteca Lula, que significa Oaxaca. Por lo tanto, su especialidad es la comida tradicional oaxaqueña. Aunque los buñuelos son de origen ibérico, este establecimiento se conoce por preparar deliciosos buñuelos con miel de piloncillo.
La bella Lula
Río Lerma 87, col. Cuauhtémoc.
La joya de la corona
Este restaurante de comida mexicana es conocido por la accesibilidad en los precios y por su amplia variedad de platillos. Ya sea que vayas a comer o desayunar, encontrarás un establecimiento con buena atención por parte del servicio. Los buñuelos son la corona de los postres, los cuales son preparados con miel de piloncillo y son famosos por su popular consistencia crujiente.
El Morral
Miguel Ángel de Quevedo 806, col. La Concepción.
Especialidades en postres
Esta casa pastelera es reconocida por utilizar ingredientes de alta calidad y ofrecer postres con sabor casero. Manejan una carta con más de 100 postres diferentes, en la que los buñuelos se distinguen por estar preparados de forma artesanal. Aquí no les ponen ningún tipo de miel, en su lugar, les espolvorean azúcar. Los puedes encontrar en dos presentaciones en bolsa chica o grande, todo depende de tu antojo.
Los Tulipanes
Prado Norte 540, col. Lomas de Chapultepec.
El protagonista
Si caminas por la Condesa puedes visitar esta pequeña cafetería, heladería y panadería artesanal. El lugar es perfecto para tomar un desayuno o pasar un buen rato en compañía de tu pareja. Aquí, como el nombre lo dice, el buñuelo es la figura central del establecimiento, pues ponen el corazón en la preparación para que siempre regreses. Los puedes probar espolvoreados con azúcar morena o con miel de agave.