Sin importar la época del año, el clásico restaurante de mariscos nunca falla. Acá cuatro recomendaciones con las que te sentirás como pez en el agua y no como camarón al que se lo llevó la corriente.
UN CACHITO DEL PACÍFICO EN LA NARVARTE.
En la Narvarte hay un lugarcito que se distingue por su aguachile al estilo Sinaloa, ostiones Rockefeller o las ya clásicas chilangas gringas de camarón o marlín. Su ambiente no discrimina, está relax, así que puedes ir en familia, amigos o pareja, el resultado es el mismo: un rato sabroso que deja el sabor del Pacífico en tu paladar.
ROMULO’S. Calle Esperanza 959.
MARISCOS, MÚSICA Y CHELA.
Ubicado en la calle San Jerónimo, este restaurante es un sitio pequeño y ecléctico en donde, además de cerveza nacional, se disfruta de un buen caldo de camarón y su especialidad: los charales enchilados. En El Charal también sirven alitas, papas y nachos, no están mal pero a nosotros nos gusta su carta marisquera.
EL CHARAL. Isabel La Católica 96, Centro Histórico.
EL CLÁSICO DE LOS SUREÑOS.
Si en el Marina Bistro el lema es “por el afán del mar” hay que creerles. Lo cierto es que este restaurante de dos pisos ya se ha convertido en un básico del sur. La piña rellena de mariscos y queso y sus camarones empanizados con coco son un completo ganar ganar. Eso sí, llega temprano a la hora de la comida porque en esta cuaresma se llena. De postre el platano flameado cae muy bien.
MARINA BISTRO. Ángel Urraza 1403, Narvarte Poniente.
UN GRAN MENÚ.
Desde hace más de 50 años existe un lugar ideal para ir a comer con la familia, donde no sólo se encuentran caldos y comida de mar, sino una buena variedad de platillos (chamorro o cabrito). “El molcajete” es el platillo estrella, éste incluye nopales, pollo, queso, chistorra y longaniza, entre otros ingredientes. Pero a nosotros nos gusta su pescado. Con $300 la armas.
EL FUERTE DE LA COLONIA. José Martí 160, Escandón.