Asexoría: evitar el abuso sexual infantil es tarea de todos

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil, violencia física y homicidios de niños entre los países que lo integran.

“Se calcula que cada año se suman 20 mil niños a las cifras del abuso sexual, pero es impreciso el dato por falta de denuncias. Las organizaciones que trabajamos el tema consideramos que por cada denuncia hay por lo menos otras nueve que no se hacen. Por ello es importante concientizar a los niños sobre el tema para prevenir”, asegura Rosario Alfaro, directora general de Asexoría, una asociación civil que se dedica a prevenir el maltrato y abuso infantil.
Pero lo que incita al maltrato y a la violencia no se produce por generación espontánea, explica Alfaro,“al dar talleres y pláticas a jóvenes en escuelas sobre la toma de decisiones en el inicio de su vida sexual activa, un poco para prevenir embarazos no deseados, nos dimos cuenta de que muchas de las problemáticas como la violencia en el noviazgo o violencias afectivas en general venían desde la niñez, porque en muchos de los casos las víctimas de estas circunstancias y los mismos abusadores habían sufrido violencia infantil, incluyendo la sexual. Vimos que muchos comenzaban su vida sexual muy jóvenes y que no tomaban esta decisión a partir de un descubrimiento natural de la sexualidad o por querer tener una relación amorosa o romántica, sino porque querían entender abusos que habían sufrido desde niños. En ese momento decidimos cambiar el modelo educativo de Asexoría y abordar el abuso y el maltrato infantil. Actualmente nuestro enfoque está dirigido a prevenir y a dar herramientas efectivas para que la gente tenga una alfabetización emocional adecuada y pueda tomar mejores decisiones. Y creemos que es mejor trabajar con niños pequeños, de los 3 a los 12 años”.

Desde 2007, Asexoría trabaja con un modelo de prevención llamado: trinomio educativo, éste consiste en la cooperación entre padres, maestros y niños. “A lo largo de estos años de trabajo hemos comprobado que la única manera en que el abuso se puede prevenir es ésta, ¿por qué?, pues porque los papás o las figuras que se desenvuelven como tal, son los que guían a los niños en su paso por la sexualidad y afectividad; a entender la vida afectiva sana. Y la escuela es el segundo espacio donde los niños pasan más tiempo y los adultos que conviven ahí se convierten en las figuras no sólo de autoridad sino en figuras que se pueden imitar en maneras de relacionarse. Además los docentes se convierten en nuestra mano derecha para poder detectar el abuso en los niños. Muchos de los síntomas del abuso sexual se pueden confundir con otras problemáticas, pero si tenemos un adulto realmente sensibilizado para notar la diferencia de cuando un niño está sufriendo maltrato, negligencia o abuso sexual, estamos del otro lado”, afirma Alfaro, quien además nos aclaró algunas de las preguntas más frecuentes sobre el abuso sexual infantil.

¿Dónde se presenta con mayor frecuencia el abuso?
En la familia. Más del 80% de los casos se da en el entorno familiar. Y en ocasiones otros adultos se dan cuenta de que el niño está siendo abusado pero no saben qué hacer. Entonces su complicidad, a través de la omisión o de guardar silencio, de no enfrentar al abusador, a veces genera más enojo en las víctimas que el hecho de haber sido abusados. El ejemplo son muchos jóvenes que guardan recor hacia sus madres por no haber hecho nada ante un abuso que pudo haber venido de parte del padre o un familiar cercano. Y el problema mayor del abuso en la familia es no saber qué hacer. El caso más difícil que vemos con frecuencia es cuando el hermano mayor abusa del más pequeño. Muchas veces la mamá sabe o se da cuenta de que algo pasa, pero no sabe cómo enfrentarlo, y en el afán de no causarle problemas a ninguno de los dos, ahonda el problema; y eso es terrible para la víctima, que lo que más necesita es que se le crea y que se le demuestre que se le apoya. Lo ideal es que haya una denuncia legal, pero a veces con la denuncia social también se puede lograr mucho.

Si alguien está pasando por esta situación y está dispuesto a denunciar, ¿qué tipo de apoyo le brindan ustedes?
Asexoría ayuda a canalizar a las personas que están pasando por esto a las instancias adecuadas. Actualmente no contamos con asesoría legal como tal.

¿Qué tan complicado es el proceso de denuncia?
Mucho. Además en nuestro país es más complicado porque cada estado tiene una legislación diferente y en cada estado es distinta la instancia a la que se tiene que acudir a denunciar. Puedes ir a atención a víctima para el delito, atención a víctimas sexuales, al ministerio público. A veces ni siquiera es claro. Nos ha tocado que en ocasiones, aún con la experiencia y con la cercanía a instituciones dedicadas al tema, no se logra una pronta respuesta.
En México se sigue confundiendo el abuso sexual con la violación. Todavía se cree que para meter a un abusador a la cárcel se tiene que llevar a los niños con desgarres o semen en el cuerpo. Pero eso es una violación, distinta al abuso sexual, y en las leyes no está muy claro que el abuso sexual no solamente es la violación, sino toda aquella gratificación sexual que busca un adulto en un menor y que puede ser incluso con contacto físico o sin él. (Un ejemplo del abuso sin contacto físico se da a través de redes sociales, en donde se les pide a los niños que posen desnudos para fotografiarlos o cuando se les expone en cámaras web a adultos que se excitan con ellos.) Es complicado porque hay estados donde esto no está tipificado y eso confunde mucho a las personas y hasta a las organizaciones.

¿Qué falta en México para prevenir el abuso?
Ha habido un gran avance con la Ley Orgánica de Protección a Niños y Adolescentes, pero hace falta que todos conozcamos los derechos de los niños y los pongamos en práctica, y que en materia legislativa los delitos cometidos en contra de los niños sean atendidos de manera directa e inmediata. En México si un niño está sufriendo maltrato, él no puede ir a denunciar, necesita un tutor o alguien que lo represente. No existe una línea de apoyo al menor, en la que él pueda decir lo que le está pasando. No habría que esperar a que sea un adulto el que haga la denuncia. Falta educación, leyes más claras y el trabajo de todos: gobierno, sociedad civil, escuela y familia.

¿Cómo se mantiene Asexoría?
A partir de donaciones. Hace poco ganamos una convocatoria de Indesol, y esperamos que se pueda dar seguimiento a esto, pero te puedo decir que el 90% o más del presupuesto con el que trabajamos viene de donaciones.

¿De qué manera se puede contribuir con Asexoría?
Se puede ser voluntario. Hay un espacio para cuenta cuentos. Tenemos un cuento que se llama Filipón, y es a través de éste que nos acercamos y sensibilizamos a los niños sobre su sexualidad. También se puede ser un corredor con causa, que es que corran con nuestra playera en cualquier carrera abierta en la Ciudad de México.

¿Cómo se puede conseguir Filipón?
Se puede pedir por teléfono a nuestras oficinas. El libro es gratuito pero a veces, a quienes pueden pagarlo se les pide un donativo de $50 para poder seguir haciéndolo y darlo a niños que más lo necesitan.

¿Por qué es importante hablar del tema con claridad?
El abuso sexual deja secuelas a lo largo de la vida de las personas cuando no se habla. Pero si se habla y se trata a tiempo, tiene remedio. Es importante no ver a la gente que ha sufrido abuso como un “producto dañado”, como alguien a quien se le arruinó la vida para siempre. No. Es una situación de crisis lamentable, sí, pero no es determinante. Si se trata, el proceso de recuperación puede ser una puerta de entrada al conocimiento de uno mismo y del encuentro de una vida sexual plena, gratificante y feliz.

Rosario

Rosario Alfaro, directora general de Asexoría.

Contacto: [email protected]
Tel: (55)36180240.