De Delhi a la Juárez

La escasez de comida india en el DF provoca que nos hagamos de la vista gorda con los errores de los pocos lugares que la ofrecen. En el caso de Rashoi, que abrió apenas hace dos meses, vamos a hacer como que no vimos que el lugar es desangelado, que la sopa la recalientan en microondas, que se les acaba el arroz (¡es como llegar una taquería y que no haya tortillas!), que el lassi en realidad sea yogurt del supermercado rebajado con agua.

Y nos vamos a hacer mensos porque la comida está riquísima, es muy barata y el servicio es excelente. Rashoi se asume como fonda y funciona como tal. Se ofrece un menú del día que trae sopa de lentejas (espesa, especiada, picosita) y dos platos fuertes para escoger. Casi siempre hay seis o siete, dos o tres de los cuales son de carne (cordero en curry o pollo tikka masala, por ejemplo) y el resto vegetarianos. También se incluye un postre (podría ser zanahorias ralladas o bolitas de leche fritas), que a primera vista podría parecer mexicano, pero en el paladar explotan el cardamomo, la canela y el agua de rosas. Al final, aunque te lo cobran aparte, tienes que pedir un chai, receta de la casa.

Además de la comida corrida sirven parathas (ellos le llaman “antojitos”), que son como tortillas de harina rellenas de papa, queso o rábano especiados y preparados al momento sobre el comal. Échales alguno de los chutneys, de tamarindo o de menta, y tienes un tentempié perfecto. En las mañanas hay desayunos, mucho más sencillos, pero puedes pedir que le echen especias a tu huevito y acompañarlo con un roti –una especie de pan-tortilla indio–.

El dueño, Surinder Chadha, originario de Delhi, lleva casi 40 años en el DF. Todo este tiempo había tenido tiendas de ropa, pero es la primera vez que le entra al negocio de la comida. Es muy sonriente y te puede explicar en impecable español chilango de qué se trata cada platillo.

Rashoi
Liverpool 158, Juárez; 6647 2546. Lunes a sábado de 8 a 18 h.