Alumnxs y egresadxs de la institución nos hablaron sobre sus horarios, modalidades de estudio y la calidad del profesorado
Por Edgar Segura*
La Universidad Rosario Castellanos fue creada en la CDMX durante el periodo en que la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, era jefa de Gobierno. El 2 de diciembre de 2024 firmó un decreto para convertirla en una universidad nacional, siendo la piedra angular de su plan para crear 300,000 nuevos espacios de educación superior.
La propuesta de la mandataria es abrir al menos una sede de esta universidad en cada estado del país, empezando en Comitán, Chiapas, y Tijuana, Baja California. Con la expansión en marcha, en Chilango consultamos a estudiantes y egresadxs sobre sus experiencias con los procesos de admisión, las características de los planteles y la calidad de los contenidos educativos. Esto nos dijeron.
“No tuve que hacer examen”
La Universidad Rosario Castellanos no aplica examen de admisión, lo que la ha convertido en un espacio abierto para jóvenes con perfiles diversos, pero con un factor en común: la voluntad de estudiar.
“Fue la única opción que encontré en la que no había que hacer examen”, cuenta Diego, quien cursa el segundo semestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Unidad Académica Justo Sierra, ubicada en el Centro Histórico de la CDMX.
Además, cada vez más jóvenes la eligen como su primera opción. Para Ian, por ejemplo, los factores decisivos para escogerla fueron la gratuidad y la cercanía a su domicilio. En el caso de Melissa, su decisión fue influenciada por las experiencias positivas de otrxs estudiantes.
A diferencia de lo que ocurre en otras universidades, lxs estudiantes de la Rosario Castellanos describen el proceso de ingreso como sencillo: “Solamente tuve que hacer un curso propedéutico. No tuve que hacer examen ni nada parecido”, comenta Jason, quien ya está por titularse.
“Me da oportunidad de estudiar y trabajar”
Otro aspecto que destacan lxs alumnxs es que les permite compaginar sus estudios con otras actividades. Gracias a esta flexibilidad, en su comunidad estudiantil hay madres, comerciantes informales y trabajadorxs.
Melissa estudia Derecho y Criminología en la modalidad híbrida porque le da tiempo de estar con su hija: “Le ayudo con sus tareas y me da tiempo de hacer también mis cosas de la escuela”.
La flexibilidad de horarios también es importante para Diego, quien además de estudiar es cajero en una tienda departamental.
No todo es perfecto
Respecto al personal docente, Ian comenta: “Me gusta mucho la disposición que tienen no sólo los profesores, sino las personas que trabajan aquí para hacer el ambiente más agradable”.
En ello coincide Daphne, quien también resalta la pertinencia del mapa curricular respecto a su carrera. Jason añade: “Muchos de mis profesores venían de otras grandes instituciones, como la UNAM o el Poli. Fueron maestros que me enseñaron bastante”.
Aunque lxs entrevistadxs también identifican algunas carencias. Jason recuerda que en la Unidad Académica Gustavo A. Madero faltaba equipo. “Todo era muy austero. Se esforzaron por ponernos un auditorio y una cancha. Pero por otra parte, no teníamos biblioteca o equipo de cómputo”.
Este joven además se encuentra en un proceso de titulación que le ha resultado confuso debido a que existen muy pocos convenios entre la universidad y otras instituciones para poder hacer su servicio social. “No sé muy bien con qué instituciones tienen convenio. Ellos te dicen que tienes que tener servicio e inglés y que ya después te dicen cómo titularte”, asegura.
Otro problema es que no todos los planteles tienen instalaciones deportivas. Los estudiantes del plantel Justo Sierra tienen que ir hasta el de Gustavo A. Madero si quieren estar en un equipo deportivo. Tampoco tienen patio ni comedor, por lo que carecen de espacios para convivir en sus horas libres.
Pero más allá de las carencias, lxs entrevistadxs no dudan en recomendar su universidad a otrxs jóvenes. En palabras de Melissa, “esta es muy buena escuela, los maestros son excelentes, igual que los de la UNAM”.
- 6 unidades académicas y 6 subsedes en la CDMX tiene actualmente la Universidad Rosario Castellanos
- 23 licenciaturas, 5 especialidades, 7 maestrías y 3 doctorados se imparten a 55,783 estudiantes en la capital
* Texto adaptado para + Chilango diario