UNIDAS, una alianza de organizaciones civiles, busca promover una agenda de trabajo digno para las mujeres mexicanas
Por Juana García
El trabajo doméstico, que mayoritariamente es femenino, es una de las ocupaciones con mayor tasa de empleo informal. De 2.3 millones de personas ocupadas en esta labor en México, el 92% son mujeres y de ellas, el 96.4% labora sin un contrato por escrito y apenas 0.6% tiene seguridad social, según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Sólo en la Ciudad de México, apenas 8,458 trabajadoras del hogar están afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y su sueldo diario es de $341.8. Por el mismo trabajo los pocos hombres que se ocupan en esta actividad reciben en promedio $405.4 al día.
Este contexto de desigualdad no sólo ocurre en el trabajo doméstico, también se replica en el sector agrícola, en la maquila textil y hasta en los servicios a través de plataformas digitales. Es por ello que las organizaciones civiles ProDESC, Oxfam México, Ethos Innovación y Fundación Avina formaron la alianza UNIDAS, que busca promover la agenda del trabajo digno en nuestro país.
“En México, más de la mitad de la población trabaja en la economía informal, lo que implica desprotección social y falta de acceso a derechos, especialmente para las mujeres en situación de mayor vulnerabilidad. Entre las causas de esta problemática se encuentran la ausencia de políticas laborales y servicios públicos adecuados, las desigualdades estructurales y la sobrecarga de cuidados”, señaló en un comunicado la gerente programática de Fundación Avina, Patricia Carmona.
Entre las demandas de UNIDAS destacan garantizar el acceso a la seguridad social para todas las trabajadoras independientemente del sector en el que laboren; el reconocimiento legal de sus condiciones laborales (ya que muchas trabajan sin contrato); la aplicación efectiva de las reformas laborales en cada sector, y salarios justos y equitativos que cierren la brecha de desigualdad económica entre hombres y mujeres.
Además, generar y buscar políticas que reconozcan, redistribuyan y retribuyan de manera justa el trabajo de cuidados; condiciones laborales dignas, sin discriminación ni violencia y libres de acoso, hostigamiento y explotación, y participación activa de las trabajadoras en la toma de decisiones que afectan sus derechos laborales.
Trabajos precarios
Otro ejemplo de la precariedad laboral en la que trabajan las mujeres es la industria de la indumentaria, donde 52% del personal carece de seguridad social, según un informe de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza de 2022.
Y en las plataformas digitales actualmente ninguna persona cuenta con un contrato que le reconozca como trabajador o trabajadora con acceso a seguro social y prestaciones. Apenas este año el gobierno federal presentó una iniciativa para regular el trabajo a través de apps.
El sector agrícola tampoco es ajeno a la problemática ya que el 90% de las personas trabajadoras en el campo no cuenta con contrato formal. Además, el 86.6% carece de seguridad social.
De acuerdo con la ENOE, en el último trimestre del 2024 sólo el 46.4% de las mujeres en edad de trabajar, es decir mayores de 15 años, participaron en el mercado de trabajo; de este total, el 55.2% de ellas lo hicieron en condiciones de informalidad.
Vamos bien, pero falta más
Aunque el gobierno federal ha impulsado reformas para regular el trabajo en las plataformas digitales, la atención a las jornaleras agrícolas y la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, el colectivo UNIDAS considera que las medidas no son suficientes. “La desigualdad salarial y el menor acceso a empleos con prestaciones y protección social impactarán negativamente en las condiciones de jubilación y pensiones de las mujeres”, advirtió Mónica Corona, directora de Inclusión y Desarrollo Sostenible de Ethos Innovación en Políticas Públicas, una de las organizaciones que conforman la alianza.
- 8,458 trabajadoras del hogar en la CDMX cuentan con seguridad social
- 55.2% de las mujeres que trabajan en todo el país lo hacen en condiciones de informalidad