Medios como Variety han catalogado su actuación en el filme de Coralie Fargeat como la mejor de su carrera. Fuera del calificativo, ¿qué es lo que muestra en este protagónico?
“¿Soñaste alguna vez con una mejor versión de ti?”, es la pregunta clave que suelta una voz masculina antes de hablar de La sustancia, una fórmula capaz de crear otra versión de una persona, una más joven y a los ojos de quienes le desean, más perfecta.
Es a través de Elisabeth Sparkle (Demi Moore), una ganadora del Oscar en declive que ha sido despedida de su show televisivo fitness por su edad, que conocemos cómo funciona este fármaco del cual nacerá Sue, su versión más joven con quien deberá intercalar tiempo para su subsistencia. El equilibrio entre “lo nuevo y lo viejo” obviamente no existirá en esta película de body horror.
A Moore la conocemos principalmente por sus roles en los noventas en películas como Ghost: la sombra del amor, Una propuesta indecorosa, Hasta el límite y Striptease.
Este último filme no sólo la convirtió en la actriz mejor pagada de la década con un cheque de 12.5 millones de dólares, sino que también la llevó a mostrarse en topless (se dice que por iniciativa propia) y a su vez le hizo ganar su primer Razzie (premio a lo peor del cine) que podría verse como consecuencia de las críticas que destrozaron la historia. Nunca ha sido nominada al Oscar.
Si bien ha tenido momentos en que se ha alejado de las cámaras, Moore no ha estado desaparecida del mundo audiovisual. Sólo que desde hace varios años no tenía un papel protagónico.
En La sustancia, la actriz de 61 años vuelve a mostrarse desnuda, dejándote con la duda de qué habrá sentido al tocar un tema como la preocupación por dejar de ser relevante para la industria y el temor por ser “desechable” por la edad. Porque esta es una historia sobre el cuerpo de las mujeres, asegura la directora Coralie Fargeat en las notas de producción.
En entrevista con Variety, Moore tradujo la lección en una frase: “El filme destaca una idea importante: cuando eliges perseguir algo que consideras mejor, corres el riesgo de perder lo que tienes”. Y en el mismo artículo Fargeat explicó que buscaba alguien que fuera “un símbolo por sí misma”, aunque sabía que ese tipo de actrices podrían asustarse de encarnar un rol que las confrontara con sus propias fobias.
“Demi estaba en esa etapa en su vida donde se ha enfrentado a todos los miedos que su personaje tiene y a la violencia y el autodesprecio que puede provocar. Ha procesado todo de una forma pacífica”, dijo.
Con una mezcla de acontecimientos que recuerdan tanto a La muerte le sienta bien como a La cosa, durante la premiere de La sustancia la sala se llenó de curiosos por ver la película que el Festival de Cannes reconoció con Mejor guión (para Fargeat) y una ovación de más de 10 minutos. No faltaron las escenas grotescas que provocaron expresiones de asco, pero también risas nerviosas, sobre todo conforme se acercaba el final.
Para Moore se trata de un regreso que a unx que otrx ya le ha hecho decir que le dará la nominación al Premio de la Academia. En cuanto a la actriz, no la hizo sentir “un antes y un después”, indicó a la misma revista, pero sí la hizo tener más apreciación por sí misma como es.
“Uno de los mayores temas de mi carrera es desafiar ideas preconcebidas y limitaciones. Estoy en ese punto en el que escribo mi propia historia en vez de que me la dicten con base en mi edad”.
¿La probarás?
Desde el 19 de septiembre ya puedes encontrar en cines La sustancia, que cuenta también con las actuaciones de Margaret Qualley y Dennis Quaid. Como parte del body horror, subgénero del terror, te encontrarás con alteraciones grotescas del cuerpo humano con su propio toque sangriento.
No se trata de una película apta para menores de edad, ya que además de las escenas que ya se advierte que tiene, presenta desnudos y violencia. La duración de esta fábula sobre la cultura tóxica de la belleza es de 140 minutos.
En 1995 Demi Moore se convirtió en la actriz mejor pagada en Hollywood de ese tiempo por su actuación en Striptease