Después de más de cuatro décadas de planificación, Megalópolis de Francis Ford Coppola, finalmente verá la luz
Por Liz Basaldúa*
Con una premisa que mezcla tragedia romana y ciencia ficción, Megalópolis plantea preguntas profundas sobre el futuro de la humanidad y los desafíos de la vida urbana en un mundo en crisis.
La historia sigue a César Catilina (Adam Driver), un visionario arquitecto en una ciudad llamada Nueva Roma, quien se enfrenta al conservador alcalde Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito) en su búsqueda por construir una utopía, “Megalópolis”, una ciudad ideal que se erige en medio de los conflictos sociales y políticos de la época.
Mr. Ford Coppola (“Tío Paco”, como le gusta que le digan lxs mexicanxs) vino al Festival Internacional de Cine de Morelia, platicamos con él y nos compartió sus pensamientos sobre lo que esta película significa para él y cómo se conecta con las problemáticas actuales del mundo.
“Lo que intento decir con esta película es que necesitamos desesperadamente un gran debate sobre el futuro, y es uno en el que todo el mundo debe participar. Debemos poder hacer cualquier pregunta, sin importar lo difícil que sea, porque este mundo, esta Tierra, es frágil. Somos una especie con talento, y es nuestro deber usar este don que nos ha sido dado para resolver los problemas que enfrentamos, de manera que las futuras generaciones puedan seguir adelante y crear películas incluso mejores que las nuestras”, explicó.
Un reflejo de la sociedad actual en una ciudad utópica
La trama de Megalópolis explora temas profundamente humanos a través de una visión futurista. César Catilina, el protagonista, es un arquitecto que lucha por realizar su visión de una ciudad utópica, en contraste con la postura pragmática del alcalde Cicero, quien busca soluciones inmediatas a través de proyectos como un casino.
El conflicto entre ambos se convierte en una metáfora del choque entre la innovación artística y la política conservadora, una tensión que, según Coppola, es relevante para las sociedades modernas.
El elenco estelar, que incluye a Nathalie Emmanuel, Laurence Fishburne, Aubrey Plaza, Shia LaBeouf y Jon Voight, ayuda a dar vida a esta ciudad ficticia, llena de personajes complejos que representan las tensiones internas y externas de la sociedad.
La película también toca temas como el poder, la corrupción y la lucha por el control, con elementos visuales y narrativos que recuerdan a las tragedias romanas clásicas, una influencia directa en la estructura y el tono del filme.
¿Megalópolis es la última obra de Francis Ford Coppola?
Al preguntarle sobre si Megalópolis podría ser su última cinta, Coppola se mostró enigmático pero optimista. “No sé si será mi última película, porque acabo de terminar de escribir el guion de una nueva que me gustaría hacer”, reveló en entrevista con Chilango.
Sin embargo, reflexionó sobre su legado, dejando claro que lo que más le importa es cómo su trabajo impacta a la humanidad. “Si esta terminara siendo mi última película, me gustaría que mi legado fuera que amé a la familia y que deseaba que pudiéramos darnos cuenta de nuestro increíble potencial para mejorar este triste mundo en el que nos encontramos”, apuntó.
Coppola, conocido por ser un innovador en la industria del cine desde los años 70 con películas como El padrino y Apocalypse Now, ha sido testigo de grandes transformaciones tecnológicas en el cine. Él mismo ha experimentado con la inteligencia artificial para agilizar ciertos procesos creativos, pero también expresó su preocupación sobre su impacto a largo plazo.
“La IA es un gran tema, no sólo para las películas, sino para cómo deberíamos pensar sobre ella en general. Necesitamos decidir cómo vamos a regularla antes de dejarla suelta”, afirmó Coppola.
Y agregó: “La IA podría llegar a desarrollar conciencia, aunque creo que necesitaría más que sólo poder computacional para hacerlo. También necesitaría componentes químicos, como la capacidad de sentir dolor o placer, y estar rodeada de un lenguaje para convertirse verdaderamente en una entidad consciente”.
La ambición detrás de Megalópolis
Con un costo de producción que superó los 100 millones de dólares, Megalópolis es, en palabras del propio Coppola, “gigantesca”. Es una película con la que se busca no sólo impactar a lxs espectadorxs visualmente, sino también provocar una reflexión profunda sobre la dirección que está tomando nuestra sociedad. Puede ser que muchxs no conecten, pero es innegable el tamaño de la producción.
Quizás nada superará a El padrino, pero bien vale ver uno de los últimos filmes de este grande del cine. Megalópolis llega a salas nacionales hoy 24 de octubre.
*Texto adaptado para + Chilango