La diputada local Polimnia Romana explica de qué formas madres y padres incurren en omisión de cuidados y cómo se castiga en la CDMX
La omisión de cuidados es la falta de atención hacia niños y niñas por parte de sus madres, padres o tutores, ya sea en casa, en la escuela o en la sociedad. Hay distintos tipos: físico, educación, alimentación, higiene y salud, siempre que se compruebe que el adultx responsable tiene los medios para satisfacer las necesidades del menor.
“Puede ser que no se le cuide y se lastime físicamente, que esté enfermx y no se le lleve al doctor, que pueda asistir a la escuela y no asista. Todo eso puede ser omisión de cuidado”, dijo en entrevista para + Chilango, Polimnia Romana Sierra Bárcena, diputada en el Congreso de la Ciudad de México y presidenta de la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez.
Someter a lxs menores a una alimentación estricta sin productos de origen animal o a un régimen de comida chatarra y bebidas azucaradas, también se considera una negligencia por parte de lxs tutores.
En temas relacionados con la salud, quienes deciden no llevar a sus hijxs al médico ni administrarles vacunas por una cuestión de creencia o religión, igualmente incurren en una omisión de cuidados. No obstante, hay tratamientos alternativos regulados por la ley como la homeopatía y medicina tradicional, cuando se trata de comunidades al interior del país que no tienen acceso a un médico.
“Si él o la menor se rompieron un brazo y sus cuidadorxs responsables deciden llevarlo con un homeópata, entonces sí es omisión de cuidado… La vida del menor tendría que estar en riesgo para considerarlo negligencia de parte del médicx y del tutor”, agregó la legisladora.
En el caso de madres, padres o tutores que no completaron la educación básica, no saben leer ni escribir y/o viven en situación de calle y sin acceso a servicios básicos, no se consideraría omisión de cuidados debido a que lxs adultxs responsables viven en la misma situación de precariedad.
De acuerdo con Polimnia Romana, la omisión de cuidados puede ser un arma de dos filos: por un lado puede salvar a muchxs menores de sufrir maltrato y descuido, y por otro, también criminaliza la pobreza y la desinformación.
¿Cómo se castiga la omisión de cuidados?
Las penas van desde un llamado de atención a lxs tutores y una visita junto con el DIF, participación ciudadana y seguridad pública. En ese primer acercamiento las autoridades hacen un llamado de atención a lxs padres, se les invita a las pláticas, se les ofrece terapia familiar y servicios como la inscripción a la escuela y atención médica.
Si reinciden o se agrava la situación, podrían perder la custodia. En los casos en que el menor esté visiblemente lesionadx, las autoridades competentes lo retiran de inmediato. Para eso se lleva a cabo un juicio en donde un juez determina el tiempo que durará la sanción.
“Hay muy pocos casos donde un delito le quite la potestad de lxs hijxs a sus cuidadorxs (para siempre), eso lo acabamos de lograr en una reforma que establece la pérdida de la patria potestad de un feminicida”, mencionó la diputada.
Las sanciones dependen del tipo de maltrato que presenta el menor, ya sea físico, mental o de cuidado, así como de la determinación del juez. Esto ocurre porque no se puede juzgar de la misma manera a lxs padres que no vacunaron a su hijx que a quienes le ocasionaron lesiones físicas.
Denuncias
La legisladora recomienda a quienes presencian un caso de omisión de cuidados que guarden evidencia como: datos personales de las víctimas (nombre, edad aproximada, sexo), domicilio y una breve descripción de los hechos.
Se recomienda no tomar fotografías debido a que se viola la intimidad de las niñas y los niños involucrados. Se puede presentar la denuncia de manera presencial en el área de atención ciudadana de la Procuraduría de Protección de Derechos de NNA (niños, niñas y adolescentes) y de manera telefónica en los números 55 5605 7552 o 55 4323 9242.
+ Datos
- 10,141 menores de edad fueron atendidxs en hospitales por abandono o negligencia entre 2010 y 2023; 699 en la CDMX
- 73.1% de las víctimas eran niñas y mujeres adolescentes, según la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM)