Al crear o usar cosas hechas con telas recuperadas, sean piezas utilitarias o artísticas, participas en un acto de resistencia contra toda una industria. Esta es la misión de la colectiva Zurciendo el Planeta
Comunicar los impactos de la crisis medioambiental y tomar acción para revertir sus efectos no es tarea fácil. Por eso cada intento, cada proyecto comunitario que surge es un rayo de luz que propone a la humanidad que no todo está perdido. Zurciendo el Planeta es una de esas iniciativas.
Esta colectiva creada por mujeres de América Latina durante la pandemia de 2020, a raíz de una serie de talleres virtuales de costuras ecológicas y huerto urbano que se impartieron desde la CDMX, realiza bordados con telas de reúso para concientizar sobre el cambio climático y expresar que un futuro alterno es posible.
Ejemplo de ello es su proyecto “Bosque de Esperanza”, un mural textil que tiene bordados árboles y paisajes de la naturaleza, cuyo propósito es visibilizar el impacto de los intereses económicos en el medioambiente.
Dora, una de las tantas fundadoras de Zurciendo el Planeta, cuenta a + Chilango diario que el bosque empezó a formarse en 2021 con apenas 20 bordados de árboles. Sin embargo, gracias a la difusión de la iniciativa, en un lapso de tres meses se sumaron más de 140 mujeres de 10 países diferentes con 157 bordados, los cuales se instalaron en la cumbre climática COP26 que se hizo ese año en Glasgow, Escocia.
“Fue nuestro primer gran proyecto y fue un momento de iluminación, porque las 14 [mujeres que empezamos en la colectiva] sentíamos que estábamos muy solas y nos apoyamos en nuestras compañeras por más lejos que estuvieran”, narra la activista, quien refiere que el bosque hoy tiene 700 bordados, de los cuales 500 están en Argentina y el resto en “bosquecitos” que han surgido en otros países.
Este año la colectiva está invitando a todas las personas interesadas a ser parte del llamado “Ecosistema para reconstruir la esperanza”, que es una expansión del “Bosque de Esperanza”. La intención es llevar bordados a la cumbre climática COP30 que se realizará del 10 al 20 de noviembre en Belém, Brasil.
“Le llamamos así [al proyecto] porque vemos que la gente está preocupada [por el medioambiente], pero consideran que no pueden hacer nada. Hay mucha desesperanza tanto en gente mayor como en jóvenes”, afirma Dora. Quienes deseen participar, pueden contactar a la colectiva en redes sociales.
Remendar: un acto de cuidado, de resistencia
Zurciendo el Planeta también realiza talleres en donde enseña que la ropa vieja puede tener otro uso para crear bolsas, adornos, regalos, manteles y mucho más. Además, muestra maneras atractivas de remendar la ropa para que su tiempo de vida se extienda.
“Cuando tú sabes lo que cuesta hacer una prenda, si tú sabes el trabajo que eso significó, y si tiene un hoyito no las deshechas, buscas remendarla, cuidarla, pasarla a otro pariente; a veces son generaciones de cuidado”, reflexiona.
Comenta que actualmente las empresas textiles hacen materiales desechables: “Es parte de este proceso de obsolescencia programada. Se habla más de electrónicos, pero es lo mismo con la ropa. Hacen una prenda tan mala que se rompe a los pocos usos y vas a tener que comprar otra.
Entonces al remendar, estamos impidiendo que se salgan con la suya. También estamos aprendiendo hábitos para reducir el impacto de la ropa, porque al darle fuerza, le extendemos la vida. Es un rechazo a la publicidad que nos hace sentir que tenemos que comprar un suéter nuevo para sentirnos bien.
Es un acto de cuidado radical, luego un acto de resistencia: queremos más calidad, menos cantidad. No nos debería dar pena remendar, nos debería dar orgullo, porque estamos contribuyendo a ser parte de un ecosistema”.

Cantando y bordando
Este sábado 8 de marzo, la colectiva Zurciendo el Planeta marchó en la CDMX como parte del Día Internacional de la Mujer. La manta bordada que llevaban decía: “Por la naturaleza, el agua y las mujeres, ¡justicia!”. De acuerdo con Dora, estos tres elementos son parte de la misma lucha: “Es una cuestión de cuidado radical. Si no valoramos, si no respetamos a las mujeres como ciudadanas de igual derecho, entonces tampoco respetamos a la naturaleza”.
- La industria textil es la segunda más contaminante del planeta, en parte por sus altas emisiones asociadas a la producción de fibra sintética
- Zurciendo el Planeta propone contagiar otra manera de vivir como parte de la naturaleza a través del “artivismo” (un híbrido entre arte y activismo)