Fotografía: Cortesía. Texto por Marisol Martínez
Del primer modelo de taxi, pasando por los ecológicos y los dorados con rojo, te contamos algunos datos sobre los modelos que han recorrido la CDMX.
Amados por muchos y odiados por otros, los taxistas juegan un papel fundamental en la vida diaria de la Ciudad de México (CDMX). Su origen se remonta a la necesidad de encontrar opciones de transporte en esta frenética metrópoli.
Antes de los vehículos automotores, las calandrias (carretas tiradas por caballos) eran el medio de transporte preferido de la clase media alta en la capital, dominando el panorama en los años 1900. Sin embargo, todo cambió en el verano de 1916 con la huelga del Sindicato de Obreros del Distrito Federal, a la que se unieron los tranviarios.
Con la ciudad paralizada por la falta de electricidad y tranvías, algunos trabajadores no podían permitirse no recibir remuneración durante la huelga. Fue así como decidieron trabajar como choferes, esta vez en vehículos particulares.
Comienza la historia de los taxis en la CDMX. El primer modelo fue el Ford Model T, conocido como Fotingo, que resultó ser cómodo para transportar a varias personas al mismo tiempo al retirar los asientos. Sin embargo, el servicio no era económico y funcionaba en modalidad colectiva, donde desconocidos compartían rutas similares. Aunque la huelga terminó en la década de los cincuenta, los taxis prevalecieron.
Surgió la tradición de los engomados multicolores con el icónico Cocodrilo, caracterizado por sus tonos verdes y amarillos y un patrón de triángulos contiguos que asemejaban las fauces de un caimán. Los conductores se uniformaban y preferían vehículos como el Ford Fairlane y el Chevrolet Impala por su amplio espacio interior.
En los años setenta, llegaron las primeras regulaciones gubernamentales para los taxis conocidos como “de sitio”. El engomado coral sustituyó al multicolor y el Renault 12 se convirtió en el aliado principal.
Pero los Corales no duraron mucho, ya que en los ochenta se inició la etapa más recordada y folklórica de los taxis, con los emblemáticos Canarios y los Ecológicos, basados en el Volkswagen Vocho. Los Canarios, de color amarillo, removieron el asiento del copiloto y colocaron una cinta en la palanca para que los clientes subieran. Los Ecológicos, aunque promocionados como vehículos amigables con el medio ambiente, solo se diferenciaban por su color, ya que emitían la misma cantidad de contaminantes que otros automóviles.
En la actualidad, la industria de los taxis ha evolucionado con los años. En 2014, surgieron los taxis rosados y blancos, cariñosamente conocidos como “Hello Kitty”, para simbolizar la igualdad de género, la lucha contra el cáncer de mama y la solidaridad gubernamental hacia las mujeres.
Dos años después, se introdujeron los taxis híbridos eléctricos Nissan Leaf, exentos del programa Hoy No Circula, aunque son insuficientes para los 20 millones de habitantes de la ciudad.
Según estadísticas recientes, existen alrededor de 60,000 taxis en la CDMX, los cuales se enfrentan a una nueva competencia: los choferes de aplicaciones. La tecnología está transformando esta profesión centenaria, pero no la está erradicando, ya que la ciudad sigue necesitando de los servicios de los taxistas para sobrevivir.
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