Diego Olavarría, escritor, intérprete simultáneo y traductor, cuyo libro El paralelo etíope ganó el Premio Nacional de Crónica Joven Ricardo Garibay 2015, recomienda Memorias póstumas de Blas Cubas, de Joaquim Maria Machado de Assis:
No me cabe duda: Memorias póstumas de Blas Cubas es uno de los libros más hilarantes y desquiciados que jamás he leído. El autor, Joaquim Machado de Assis, tiene una historia de vida improbable: fue un mulato que nació en el Río de Janeiro imperial, aprendió francés en una panadería, y se convirtió en el escritor brasileño más importante del siglo XIX. El libro está relatado desde la ultratumba: el narrador, Blas Cubas, está muerto, pero quiere contarnos su vida (la brillante dedicatoria es para “aquel gusano que royó las frías carnes de mi cadáver”). Con ese pretexto, Blas Cubas presenta una visión mordaz y maliciosa –y siempre humorística– de la sociedad brasileña de su tiempo. El narrador, un zángano con ínfulas aristócratas y sueños de dinero fácil, aprovecha que está muerto para por fin mofarse de todo lo que desprecia: la alta sociedad brasileña, la muerte, la mojigatería y las instituciones (incluso la universidad, de la que admite haber obtenido sólo “la cáscara, la ornamientación”). Adelantándose a más de un realista del siglo XX, Blas Cubas es un nihilista que se declara a sí mismo orgullosamente “mediocre”.
Esta novela, que innaugura la vanguardia en América Latina, sigue haciendo reír a pesar de haberse publicado hace más de 130 años. No es proeza fácil.
Memorias póstumas de Blas Cubas
Joaquim Maria Machado de Assis
Fondo de Cultura Económica, 2006 / Físico: $ 162 / Digital: $ 133