En México, muchas personas son discriminadas en sus centros de trabajo por diferentes razones; la más común, por su orientación sexual. foto: Shutterstock
Pocas son las empresas en nuestro país que abordan temas como orientación sexual, equidad de género o discapacidad, a fin de que sus trabajadores sientan confianza y seguridad. ADIL Diversidad e Inclusión Laboral se ha encargado de ofrecer servicios de consultoría que promuevan la inclusión y el respeto hacia todas las personas en el ámbito laboral. Su fundador y director, Francisco Robledo, señala que se debe romper la premisa de que todos somos iguales.
Máspormás (Mpm): Cuéntanos un poco de ADIL, ¿cómo empezó y a qué se dedica?
Francisco Robledo (FR): Es una empresa que empezó en 2014 bajo la premisa de ofrecer servicios de estrategia, acompañamiento o asesoría en temas de inclusión laboral. En ese año, nadie estaba hablando de las personas que somos parte de la diversidad sexual y de género: las personas LGBTQ+. Hemos crecido también a los pilares de personas con discapacidad, raza, cultura y salud. Hoy en día también complementamos nuestro alcance con servicios de capacitación para que las empresas lo vean desde el desarrollo de habilidades y no solo desde la estrategia.
Mpm: ¿Qué servicios ofrece ADIL a las empresas?
FR: En el tema de consultoría, desde el diseño de describirles las políticas de diversidad e inclusión. Hemos creado comités de diversidad e inclusión y formado redes de empleados de maneras temáticas con alguna característica de afinidad en las empresas. Y en capacitación tenemos un catálogo con más de 60 temas en los que te damos el ABC de qué es la inclusión y la discriminación, entender la diversidad
de herramientas para líderes, cómo traducirlo en métricas para ver el retorno de la inversión; también el ABC del género, el ABC del LGBT, el ABC de las personas con discapacidad hasta talleres de 16 horas de lenguaje inclusivo.
Mpm: Para una empresa mexicana, ¿qué tan importante es que sus trabajadores puedan estar en un ambiente inclusivo?
FR: Lo seguimos probando, todavía no hay suficientes estadísticas en México. Hoy día lo planteamos desde esta reflexión, que puedas ser tú quien eres en tu totalidad mientras trabajas, que no tengas que ocultar alguna parte de tu vida o tratar de imitar a la gente que está a tu alrededor por alguna circunstancia para poder pertenecer a la empresa. No tener que adaptarme a la situación, sino que la empresa tenga herramientas que se puedan adaptar a mí.
Mpm: ¿Cómo surge la idea de ADIL?
FR: En 2014 se visibilizan los resultados de la primera encuesta de homofobia laboral en México. Y es ahí donde surge esto. Más que venía una racha de muchas empresas internacionales que en México ya estaban haciendo temas de visibilidad LGBTQ+. Entonces fue un “¿y quién les está ayudando, quién les está ofreciendo contenido, servicios o acompañamiento?”. De ahí surge, de tener una problemática, una gran best practices internacional que ya se estaba viendo.
Mpm: ¿Es posible vivir en una sociedad 100% inclusiva??
FR: Es un mundo utópico. No hay un país, una ciudad, una sola empresa que sea 100% inclusiva. Es posible, sí. Me gusta decir que estamos en la generación del cambio. Hoy día lo que hacemos en generar controversia, generar conversaciones al decir: “hay una manera diferente de convivir y vernos como personas”. Romper la premisa de que todos somos iguales, porque, más bien, hay que aceptar que todas y todos somos diferentes.
Mpm: ¿Cuáles son los principales retos para poder crear un espacio inclusivo? Ya sea familiar, escolar o laboral.
FR: Los retos son la educación de la que partamos. Cada persona ha recibido información sobre la aceptación de la otra persona. Puede ser que por la vida, la familia, el grupo religioso, deportivo o social en el que se haya desempeñado. Y esto no se estudia en las escuela o universidades. La inclusión, la diversidad, no hay un punto todavía donde la gente se nos enseña a reconocer y aceptar las diferencias de la otra persona.
Mpm: Actualmente en México, ¿una persona que pertenece a la comunidad LGBT tiene las mismas posibilidades que cualquier otro?
FR: El tema es no, el ideal es que sí. Hay empresas que ya lo han hecho, están muy avanzadas y lo están demostrando con hechos. Pero la mayoría de las empresas no. La esperanza es que en un futuro —gracias a las leyes, los avances en derechos humanos y la incidencia que hagamos desde lo social, educativo y cultural— ayuden a cambiar estas conversaciones en todas las personas que eventualmente dirigen o dirigirán una empresa.
Entrevista realizada por Patricio Marcos Coll para el podcast de Máspormás; el texto ha sido editado para dar brevedad y claridad.