ADEMÁS DE DISEÑAR PRODUCTOS INCREÍBLES, ESTA EMPRESA BUSCA QUE LOS PRESOS DEJEN LAS DROGAS Y CONSIGAN TRABAJO
Cuando hace 55 años los padres de Jorge Akele arribaron de Líbano a México, también empezaron un negocio de extrusión o moldeado de plásticos, un proceso que ayuda a fabricar materia prima artesanal. Jorge, aún niño, le ayudaba a la familia en el negocio y empezaba a perfilar el camino hacia Akele, su empresa y proyecto de vida.
En la actualidad, Jorge tiene 44 años y lleva más de dos décadas en el mundo del diseño. “Lo primero que hice fueron los bolsos, y así empecé a entender el proceso de fabricación de artesanías. Gracias a este conocimiento he aprendido cómo hacer artesanías a mano, pero dándole un giro al diseño y la calidad”.
Era el año de 1996 y su cartera de clientes había llegado a Nueva York, lo que eventualmente le haría alcanzar también Francia e Inglaterra, sus primeros tres destinos importantes y un gran logro debido al nivel de calidad que exigen. En 2001 Jorge implementó la cestería, lo que le permitió dar el siguiente paso: iniciar con mobiliario, a partir de ideas clásicas del diseño mexicano.
“Si no fuera por el interés de los extranjeros en el producto, sería difícil sobrevivir. La gente los ve como objetos comunes y corrientes, lo cual devalúa a las artesanías y hace que no sean vistas como un producto de moda. Entonces, decidimos modernizar los diseños y hacer modelos de vanguardia artesanal, tomando en cuenta factores como la transportación”, cuenta Jorge.
“Aunque los procesos de fabricación son diferentes si se trata de una bolsa, un mueble o un cesto, todos están tejidos a mano, y ésa es la esencia del producto”.
Hace tres años Akele abrió sus tiendas al público y en un par de semanas se inaugurará una sucursal en Colombia, como uno de los primeros pasos para fortalecer la marca en el exterior.
Jorge considera también que ha habido un cambio radical en el mundo del diseño mexicano. “Hace años no se tenía tan presente como ahora que México es visto como un país de vanguardia”.
AYUDA SOCIAL
“Desde que iniciamos, nuestra producción se lleva a cabo en centros de adaptación social (Ceresos) y en ciertas comunidades. Para hacerlo le pagamos una renta a las autoridades, y le brindamos todo el material a los presos para que puedan trabajar (moldes, materiales, talleres, etcétera). “Desde que trabajaba con mi papá, me enteré de que muchos de nuestros materiales eran ocupados en las cárceles para elaborar artesanías. Al principio no fue fácil encontrar una cárcel donde nos apoyaran para poner un taller y ocupar gente”. “Se trata de una ayuda social, pues los presos que trabajan tienen más probabilidades de evitar la drogadicción, causan menos problemas y, en muchas ocasiones, ayudan a su familia y reciben un pago económico directo por la labor realizada”.
Todos los diseños de Akele están realizados con materiales reciclables.