El periodista polaco Artur Domoslawski, amigo, discípulo, y biógrafo de Ryszard Kapuściński, se reunió con periodistas y fotógrafos, mexicanos y jóvenes, para asesorarlos durante el MashUp de Periodismo 2015. Aunque Kapuściński no daba consejos, Domoslawski compartió algunos aprendizajes producto de la cercana relación con uno de los periodistas más influyentes de las últimas décadas.
Un joven reportero debe tener curiosidad, capacidad de sorprenderse y debe ser capaz de cuestionar su propio punto de vista, dice Domoslawski. En su caso, los pininos fueron durante la transición del sistema socialista a la democracia liberal y el capitalismo en Polonia. Antes de ese cambio, según cuenta, los medios funcionaban como herramientas propagandísticas del poder. Entonces era preferible no haber tenido experiencia con los medios establecidos.
“Leí un anuncio en un diario nuevo, independiente. Decía: ‘Estamos buscando a jóvenes que quieran aprender periodismo y que quieran trabajar de tiempo completo en nuestro diario’. Lo recomendable, en ese entonces, era que no tuvieran experiencia como periodista”, contó en entrevista con Máspormás, previo a su presentación en el MashUp de Periodismo.
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De vuelta en la actualidad, para ejercer esta profesión, “en México, especialmente, se necesita mucho coraje personal, porque si uno se mete en ciertos temas, puede terminar muy mal”, afirma el periodista que se ha enfocado en historias situadas en América Latina y que hace unos meses viajó la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa para escribir una crónica.
Pero la juventud, en los reporteros, también puede jugar en su contra y Domoslawski usa como ejemplo la ignorancia. “Para el joven, el peligro está en la ignorancia, mucho más que en la mala experiencia. Con la juventud, uno no ha tenido muchas oportunidades de cometer pecados profesionales”. El polaco resalta uno de los pocos consejos de Kapuściński: antes de escribir una página sobre cierto tema, tienes que leer, por lo menos, 100 sobre el asunto.
Domoslawski encontró un maestro en el experimentado reportero Ryszard Kapuściński desde 1998, aunque la relación fluyó más bien como una amistad. “Lo más importante era el contacto directo con él. Yo no puedo decir sobre consejos que me daba, porque no hacía eso, pero puedo decir que aprendí de él”.
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Sobre esos aprendizajes, los más importantes que enumera son: “saber escuchar y no imponer un punto de vista sobre la realidad; no creer en las versiones oficiales de lo que dice el poder, político o económico; y mirar a la realidad no desde la perspectiva de los poderosos, sino de los de abajo, porque siempre es otra versión de los acontecimientos”.
Y aunque Domoslawski lleva más de dos décadas de trayectoria periodística, los aprendizajes no han terminado. Aunque ya no sean de Kapuściński. Para él, el aprendizaje no es sólo de arriba para abajo, haciendo referencia a su encuentro con los muchachos mexicanos. “Yo creo que también puedo aprender de los jóvenes, para tener su perspectiva. Somos de diferentes generaciones y es importante no encerrarse en la experiencia propia”, dice.
“¿Cómo ejercer esta profesión?”, se cuestiona Domoslawski, hablando sobre la actualidad de los medios y las oportunidades que tienen los jóvenes. “¿Que sea como un hobby y escribir una crónica al año mientras trabajas en un banco o en una agencia de publicidad?”, continúa. “El desafío es vivir de esta profesión y no venderse ante los poderes económico o político”.
(Foto: Lulú Urdapilleta / MxM)
