Paola Tinoco es defeña y experta en literatura. Escribió el libro de cuentos Oficios ejemplares y otros relatos, crónicas y artículos suyos se han publicado en diversos medios mexicanos. Es antologadora profesional de cuento y también funge como representante de la editorial Anagrama en nuestro país.
Para comer
Xel-ha
Parral 78, Col. Condesa
Si el hambre apremia y no tengo tiempo para comer, hago una parada en el restaurante Xel-Ha de cocina yucateca, con mañas de cantina (la mitad del restaurante sirve comida gratis con el consumo de alcohol… los parroquianos me van a matar por revelar el secreto). Los tacos de cochinita pibil y la sopa de lima son un must de la cocina universal.
Para tomar
Felina
Ometusco 87, Col. Condesa
A mí me gustan mucho más el mezcal y el whisky antes que la cerveza, pero disfruto cualquiera de las tres bebidas en el bar Felina, que es un pequeñísimo local decorado con muebles sesenteros muy vintage que siempre tiene buena música y tragos amables. Nada de medidores inventados, el trago como debe de ser.
Para estar sola
Bosque de chapultepec
Col. Chapultepec
Hay dos grandes lugares donde me acompaño de soledad. A puerta cerrada, sin duda, en mi casa. Puertas afuera, paso tardes en el bosque de Chapultepec, junto a los baños de Moctezuma, o lo que queda de ellos. Esa parte del parque es poco transitada y en días de buen clima se puede poner una manta y tirarse a leer a gusto.
Para no ir
Psiquiátrico del carmen
Av. tláhuac 6148, Col. Zapotitlán
Es una parte poco afortunada: parece un lugar lejano a la ciudad, un pueblo al que el progreso llega con lentitud. La arquitectura es fea: edificios que nunca tuvieron intención de agradar. Se respira inseguridad y no provoca el menor deseo de estar ahí (aquí es donde quien lea se pregunta si escapé del psiquiátrico).