Al platicar con las amigas sobre cierto tipo de comidas, Libertad se dio cuenta de un tema recurrente: cada que quería conseguir una crema de cacahuate sin azúcar y sin conservadores, tenía que traerla de sus viajes a Estados Unidos o pedirla, igual que la crema de almendras.
Había un hueco grande que nadie estaba atendiendo. “Nos dimos cuenta de que había mucho trabajo por hacer en el campo de lo gourmet en el país. Y es que el concepto de los productos mexicanos que se tenía en ese ámbito era plano. Por ejemplo, la mermelada de nopal cuya presentación era el cordoncito con el sarape o la cajita de huacal y ya, pero no había más, ni buenos sabores ni concepto”, apunta Libertad Salgado, directora general de Amores y Sabores, una productora y distribuidora de productos gourmet con filosofía saludable.
Pero la reunión de negocios que tendría hace más de tres años con sus tres socias: Vanessa Gejde, Dominika Paleta y Mónica Albarrán, no sólo sería para hablar del sabor y la calidad, sino de la misión de consumir lo local.
“Lo que buscamos con Amores y Sabores es que lo que le damos al público sean productos 100% naturales y hechos por productores locales. Hoy te puedo decir que 95% de la materia prima es mexicana”, dice. Y sí, pues en sus envases se presume de la calidad de estados como Oaxaca, de donde traen la jiotilla, una fruta parecida a la tuna, y la pitaya con la que hacen mermelada, que además es cosechada por un grupo de madres solteras. El aceite de olivo lo traen de Tamaulipas, de los aguacates se encarga Guadalajara, y de la sal, Colima es el estado estrella. Con las mieles no es distinto pues aunque las andan persiguiendo, porque su producción depende de muchos factores, siempre han sido nacionales; en esta última producción tienen una variedad de miel maya de Yucatán.
“Comer sano no significa que tenga que ser aburrido o importado”, insiste mucho la filosofía de la marca, pero el concepto va más allá y una de sus grandes cualidades está en atreverse a crear. “Tenemos una mermelada de manzana con té chai, otra de higo con té negro y hace poco hicimos una de mango con cúrcuma y habanero. Pero lo que creo más importante de este atrevimiento es que va dirigido a aquellos que, sin importar su posición económica y social, sienten pasión por comer, y comer bien. Conocemos marcas que sólo están enfocadas a cierto tipo de chefs o locales pero nosotros no. De hecho, si entras a la página podrás ver artículos, tips y recetas enfocadas a los llamados foodies, todos aquellos que aman la comida. Puede ser desde el policía al que le gusta cocinar hasta el chavito banquero o la del yoga. El mensaje es: mira, ya inventé la mermelada de higo con té negro, ahora tú ve y úsala en lo que más te guste. Y justo todos nuestros artículos tienen al menos cinco usos, son versátiles, porque sino la gente guarda una mermelada por años esperando a que se le antoje un pan con mermelada, y no, qué desperdicio. Con nosotros vas a saber que se la puedes poner a un queso, a un salmón, hacer un aderezo o un postre. Hay que experimentar”.