“El horroroso regreso”, por @ruleiro

The Horrors, el quinteto formado en un sereno pueblo inglés llamado Southend-On-Sea, hace casi una década, es hoy una de las bandas de rock más importantes del planeta. Hace música sin concesiones, llena de imaginación, y al mismo tiempo ha conseguido sumar seguidores, disco tras disco. Pese a los cambios drásticos en su sonido, han logrado convencer a sus entusiastas para que los acompañen en el viaje, lo cual, no es cosa fácil.

Lo curioso es que cuando el grupo irrumpió —gracias al video del tema “Sheena’s a Parasite”, ejecutado el por mítico director Chris Cunnigham, que en ese momento cumplía siete años sin trabajar en este formato— era difícil anticiparle un futuro prometedor. En ese entonces The Horrors era una pandilla de góticos trasnochados con mejor apariencia y actitud que canciones.

Sin embargo, para su segundo disco, reclutaron a Geoff Barrow (cabecilla de Portishead) y el grupo se reinventó radicalmente. Se quedó atrás el punk rabioso, estridente y monocromático de su debut. Descubrieron la sicodelia, el krautrock, las densas texturas que surgen de las guitarras de Kevin Shields y el arte de hacer con estos elementos canciones memorables.

Desde entonces no ha dado marcha atrás. Cada álbum que hacen es mejor que el anterior. No hay evidencia más clara que “Luminous”, el cuarto de su discografía, que salió a la venta esta semana. Es una obra madura, sin desperdicio. Diez temas que reafirman su ganas de seguir experimentando pero sin cerrar puertas y ventanas a los no iniciados.

Luminous/The Horrors

(Tara)