Las reglas del juego están puestas sobre la mesa: cuatro jugadores recrearán diversos escenarios que plantean dilemas éticos y morales en situaciones límite, y tú decides quién va a avanzar. La toma de decisiones no es sencilla. El cuerpo de U confronta tu postura ideológica con aquello de lo que es imposible deshacerse: la cultura, la sociedad, la historia, la religión: lo impuesto. ¿Cuántas mujeres feministas no nos hemos sorprendido repitiendo —casi con naturalidad— los comportamientos más machistas?, ¿cuántas veces se supone una ideología de izquierda pero las acciones van en otra dirección? Las contradicciones brotan en este juego y, es normal: somos cuerpos embestidos con cargas culturales.
Un revolucionario tiene en sus manos la vida del máximo torturador de la dictadura uruguaya-argentina- o del país que sea. El agente, el mejor de la CIA, ha causado dolor a miles, ¿lo matarías aún sabiendo que te vas a convertir en lo mismo que él: un asesino? Un transexual; una niña que creció con perros salvajes; un abogado judío que debe defender la libertad de expresión de aquellos que exterminaron a su pueblo y otras situaciones son a las que nos enfrentan la compañía Teatro Accidente y Teatro Bola de Carne, con los actores Micaela Gramajo, Bernardo Gamboa, Meraqui Pradis y Roberto Pichardo.
El cuerpo de U es una propuesta escénica inteligente y potente. No sólo resalta por el trabajo actoral, sino por su capacidad de detonar la reflexión, de cuestionar y movilizar al espectador (algo que tanto Micaela como Bernardo han hecho a lo largo de su trayectoria) en fibras sensibles e ideológicas. Este juego es espinoso y afilado; es un ejercicio que invita a pensar en ese cuerpo —el de U— despojado de todo el ropaje de la cultura. ¿Cómo decidiríamos si no tuviéramos encima todo esa vestimenta? Imposible salir de la misma forma en la que se entró. Felicidades a los creadores. Imperdible.