Cuicuilco es la mayor zona arqueológica del Distrito Federal. Está justo en la esquina de Periférico e Insurgentes, frente a la Villa Olímpica y a unos metros del tráfico casi eterno de la zona. Pero al caminarla no hay más que silencio, calma y vegetación: es un espacio muy limpio, bien conservado y digno de visitar.
Uno de los encantos es la pirámide circular, construida sobre una elevación que la hace lucir aún más imponente. Se cree que Cuicuilco fue edificado aquí porque se juntaban las corrientes de agua que bajaban del Bosque de Tlalpan hacia el Lago de Texcoco… pero hoy los únicos ríos que pasan en esta reseca parte del DF son los autos del Periférico.
Date un tiempo para meterte en el laberinto de vegetación que rodea la pirámide, pero mide bien tu tiempo: Cuicuilco cierra a las cinco de la tarde y no querrás que el paseo (que te puede llevar hasta una hora para recorrer todo lo que hay) se interrumpa cuando anuncian el cierre y tengas que salir corriendo hacia la salida.
Saliendo de Cuicuilco, hacia el sur, está un centro comercial del mismo nombre que tiene algo único: una capilla. Es el templo que daba servicio a la fábricas de papel de Loreto y Peña Pobre y ha sido conservado. En viernes y sábado por la noche, es común ver hombre trajeados y mujeres muy elegantes en la plaza, haciendo tiempo entre misa y fiesta.
Ve con tiempo para que puedas recorrer el Museo de Sitio (algo que solemos dejar de lado al visitar zonas arqueológicas). Reúne las piezas encontradas en la excavación de Cuicuilco: cráneos con deformación, piezas de uso personal y herramientas; que explican la religión, la forma de enterrar a los muertos y cómo era la vida cotidiana.