Este lugar es el sueño hecho realidad de los fans de las películas de serie B. Es más: debería haber un montón de cortometrajes estudiantiles del CUEC y del CCC que lo tuvieran como locación, con la efigie ultrarrealista de Pedro Infante viendo fijamente a la cámara o la Virgen de Guadalupe —más inquietantemente guapa que nunca— hablándole al público. También podrían aparecer José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza o un blanqueadísimo Benito Juárez que espanten no por políticos, sino por ser de cera. Inertes figuras de cera.
El Museo de Figuras de Cera de La Villa es espeluznante, adorable, hermoso y misterioso. No hay que confundirlo con el museo de cera “famoso” de la Juárez. Éste, el del Tepeyac, llevaba más de 20 años abierto cuando el de la calle de Londres se inauguró en 1979. Los fundadores fueron José Neira y Dilea Castillo de Neira, quienes desde la década de los 30 coleccionaban y elaboraban estas reproducciones hiperrealistas en cera de personajes célebres.
Adolfo Neira, heredero de las figuras, de la tradición y del oficio, dice que lo fundó su bisabuela el 12 de diciembre —era muy guadalupana— de 1956. Él asegura que es el primer recinto de su tipo en Latinoamérica, y que en su momento fue muy popular. Es más: algunas piezas de la colección aparecen en la película Santo en el Museo de Cera, de 1963 (tip: está completa en YouTube).
Hoy, a pesar de estar a un costado de la Basílica de Guadalupe, no es tan visitado, y eso que a la entrada siempre hay alguna figura dándole la bienvenida a los que caminan por ahí (quizá el realismo es tal que los paseantes se asustan). También está la señora que vende los boletos (ella no es de cera), quien por 10 pesos te da acceso a una de las experiencias más locas que la Ciudad de México puede ofrecer.
El Museo de Figuras de Cera de La Villa está en Calzada de los Misterios 880, casi esq. Fray de Zumárraga, Villa de Guadalupe. Se puede visitar de lunes a domingo de las 9:30 a las 20 h. También puedes llamar al 57819455 para no errar