Un estanquillo es una tienda pequeña y “pobremente abastecida” según la Academia de la Lengua; pero en México se refiere a esos locales de pueblo donde era posible comprar de todo. Y eso es lo que hay en este Museo: de todo, juguetes, piezas de arte, libros y hasta las cenizas del hombre que lo hizo posible: Carlos Monsiváis.
Este edificio fue, durante muchos años, la sede de la joyería La Esmeralda y (como ocurrió con otros en el centro) de allí recibió el nombre. La tienda se especializaba en cajas de música, arte, relojes y alhajas. En últimas fechas se hizo célebre por la tienda de discos de la planta baja y las largas filas de jóvenes para comprar boletos de eventos masivos.
A lo largo del tiempo, La Esmeralda albergó una discoteca, oficinas de gobierno y un banco. En 2003, el arquitecto Gabriel Mérigo Basurto comenzó el proyecto de restauración. Primero se restauraron los elementos decorativos de la fachada; después se habilitaron los espacios donde hoy se celebran las exposiciones y actividades.
El Museo fue fundado en 2009, un año antes de la muerte de Monsiváis. Ocupa cuatro pisos del edificio: los dos primeros son ocupados por salas de exposición, en los otros dos hay oficinas, un salón para eventos, área de talleres y una sala de lectura con más de mil libros. Y desde la terraza se goza de una vista espectacular de la Ciudad de México.