En la Ciudad de México hay mercados para todo: flores, peces vivos o muertos, zapatos, ropa, comida preparada… y magia, ¿por qué no? El Mercado Sonora tiene el sobrenombre de “Mercado de los brujos”. Aquí se encuentra lo necesario para practicar conjuros de todos sabores y colores. Budas, Santas Muertes y Niños Dios conviven con ángeles y demonios.

También es el mejor lugar para encontrar plantas medicinales, por si andas con achaques y quieres un complemento a las pastas que te mandó el doctor, sigue vivo el conocimiento milenario de varios pueblos indígenas del país.

Te puedes hacer una limpia, la clásica con hierbas y un huevo de gallina que absorbe las malas vibras y se pone todo negro (¡uoooooh!). La otra opción es la “magia para llevar”, en forma de amuletos, velas, perfumes y pociones que prometen soluciones para tus problemas de pareja, de dinero, de chamba o hasta escolares. Hay muñecos vudú, amuletos y hasta jabones en forma de pene para que cada mañana te llenes de buenas vibras sexuales. O algo así.

Lo gacho de esto es la zona de animales vivos. Están en condiciones espantosas. Además de perros, gatos, conejos, chivos y guajolotes, se dice que también son conseguibles especies en peligro de extinción. Lo peor es que los usan para ritos de brujería o con supersticiones babosas como que consumiéndolos van a aumentar la potencia sexual (spoiler: ¡no!). Según la Profepa, el comercio de animales es el tercer negocio ilícito más lucrativo en México, después de las drogas y las armas.

En fin. Sonora también es un gran lugar para comprar disfraces y máscaras artesanales de papel maché. En los locales sobre el callejón San Nicolás, hay juguetes de plástico con rebabas. Y los puestos frente a la nave principal son la tierra del imán para el refri de miniaturas de la despensa básica mexicana.

El Mercado Sonora fue inaugurado el 23 de septiembre de 1957. La fecha es importante porque cada año hacen un pachangón, y ahora que cumplan seis décadas se va a poner especialmente bueno. Está en Fray Servando entre avenida del Canal y callejón San Nicolás.