En 2011, después del lanzamiento de su álbum debut What did you expect from The Vaccines?, el influyente semanario NME declaró que esta banda del oeste de Londres marcaba el regreso del las guitarras al Reino Unido. ¿Qué significa esto? Pues principalmente, que tienen canciones simples, una actitud de todo-me-da-igual y muchos riffs. Quizá está exagerado el elogio —para empezar las guitarras nunca se fueron a ningún lado—, pero la verdad es que les fue bien. Se volvieron un grupo referente dentro de su generación. Su segundo álbum, Come of Age de 2012, siguió el mismo camino sin grandes contrastes con el primero.
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Es por esto que se puede decir que su nuevo álbum representa un giro inesperado. En buena parte de los temas de ‘English Graffiti’ los vemos intentar demostrar que es un grupo unidimensional, que hay capacidad para hacer algo más que canciones de alta velocidad que bien podrían haber sido tomadas del catalogo inédito de los Ramones. Pero conseguir la hazaña han contratado los servicios de Dave Fridmman un productor cuya reputación se forjó a base de discos excéntricos, compinche histórico de los Flaming Lips y de Mercury Rev.
De su mano se meten de lleno dentro de la sicodelia ligera que está tan de moda en fechas recientes —Fridmann además ha trabajado con Tame Impala y MGMT— en algunos temas como “(All Afternoon) In Love” y “Dreamlover”, en la que también se puede detectar una ligera influencia de los Arctic Monkeys.
Es una suerte (¿o deliberación?) que saliera justo antes del verano, pues parece que esta es la mejor temporada para una nueva dosis de The Vaccines.
(Rulo / @ruleiro)