Fotografía: cortesía
Mientras a nivel mundial es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres, en México es el segundo. Más vale conocer acciones para evitarlo o hacer una detección oportuna de síntomas
Factores de riesgo
Algunos factores que aumentan las probabilidades de padecer este cáncer es comenzar la actividad sexual antes de los 18 años, haber tenido alguna infección de transmisión sexual (ITS), ser consumidor frecuente de tabaco o tener el sistema inmune debilitado debido al VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), otras enfermedades o tratamientos médicos. Sin embargo, el 95% de los casos deriva del VPH (virus del papiloma humano).
La conexión con el VPH
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de las mujeres y hombres con actividad sexual contraerán VPH en algún momento de su vida, aunque el sistema inmunológico de más del 90% consigue eliminarla. El problema queda en el otro pequeño porcentaje, en el cual el virus puede sobrevivir por años sin mostrar signos de su existencia y generar que células del cuello uterino se transformen en cancerosas.
Una vacuna
Actualmente, la mejor forma de prevenir las infecciones de VPH es vacunándose. No obstante, se recomienda aplicarla a jóvenes entre los 9 a 15 años para mayor efectividad, dado que es poco probable que hayan tenido contacto con el virus. Personas que pasen de ese rango pueden inocularse, pero la efectividad disminuye debido a la exposición por las relaciones sexuales.
Otras formas de protegerse
A pesar de que el VPH puede encontrarse en otras áreas masculinas o femeninas que el condón no cubre, está demostrado que este método de protección puede disminuir el riesgo de contagio. También se recomienda limitar la cantidad de parejas sexuales a lo largo del tiempo y llevar una alimentación balanceada con rutina de ejercicio diario.
Pruebas para detectar
Es importante ir a revisiones periódicas con el ginecólogo para detectar señales de alarma. Aun así, hay pruebas que siempre ayudan a detectar problemas de salud. La primera es el papanicolau, con la cual se pueden descubrir precánceres; se deben realizar máximo cada tres años. Otra opción es la prueba de VPH, con la cual se puede detectar si se está contagiado, pero no significa que arroje resultados de presencia de cáncer.
Y si hay síntomas…
Acude con tu ginecólogo si tienes sangrado vaginal después de tener relaciones sexuales, entre tus periodos habituales o después de la menopausia; excretas flojo vaginal más abundante de lo normal y con olor fétido; sientes dolor pélvico o de la espalda baja de forma intermitente; sufres dolor durante las relaciones sexuales, y una o tus dos piernas se hinchan n ocasiones y sin razón aparente.
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