Foto: Netflix

16 de diciembre 2024
Por: Redacción

Cien años de soledad: así cobró vida el imaginario Macondo

¿Cómo se hace la música de un pueblo mítico creado por Gabriel García Márquez? Platicamos con Camilo Sanabria, supervisor musical de la nueva serie basada en la novela

Por Liz Basaldúa*

La obra maestra de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, finalmente llegó a la pantalla en una ambiciosa serie de Netflix que se estrenó el 11 de diciembre. El proyecto, dirigido por Alex García López y Laura Mora, da vida al mítico Macondo en dos partes de ocho episodios cada una. La primera ya está disponible.

La historia sigue a la familia Buendía, desde que lxs primxs José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán desafían las reglas para fundar Macondo, hasta el ocaso de sus descendientes. Marcadas por una maldición que las condena a la soledad, las generaciones de Buendía enfrentan locura, amor y la tragedia de sus propios destinos.

La adaptación mantiene la esencia del realismo mágico que hizo a la novela un ícono de la literatura universal, con más de 50 millones de ejemplares vendidos y traducciones a más de 40 idiomas.

Con un elenco de talento latinoamericano, la serie es protagonizada por Claudio Cataño como el coronel Aureliano Buendía, Marleyda Soto como Úrsula Iguarán y Marco González como José Arcadio Buendía. Además, la producción se ha ganado elogios por su fiel representación del realismo mágico y la forma en que actualiza los personajes femeninos para darles mayor protagonismo y profundidad.

¿Cómo fue construir Macondo?

Crear Macondo para la pantalla fue un desafío titánico. La producción exploró regiones como Aracataca, la tierra natal de García Márquez, para capturar su esencia. El set principal abarca 17 mil metros cuadrados, con más de 130 edificaciones que evolucionan a lo largo de la historia. Desde casas de barro hasta edificios coloniales, cada detalle refleja el paso del tiempo en este mítico pueblo.

La productora ejecutiva Carolina Caicedo, describió cómo se crearon cuatro versiones diferentes de Macondo, desde sus inicios humildes hasta su apogeo y decadencia. Este esfuerzo monumental involucró a cientos de trabajadorxs y artesanxs colombianxs que hicieron tangible lo intangible. ¡Se ve espectacular, cada letra plasmada por Gabo se siente en lo visual!

Otra de las grandes incógnitas de adaptar Cien años de soledad a la pantalla era cómo dar vida al mítico Macondo a través del sonido. La respuesta llegó de la mano de Camilo Sanabria, compositor colombiano encargado de crear el universo musical de la serie, quien describió este reto como “una de las tareas más complejas y fascinantes” de su carrera.

Sanabria explicó en entrevista con Chilango que su primer paso fue experimentar con sonidos primarios: tambores, chicharras y viento. Estos elementos reflejan la conexión de Macondo con la naturaleza y su origen como un mundo en construcción.

“Quisimos crear un sonido único, que fuera universal pero que también representara nuestras raíces caribeñas y latinas”, afirmó​.

A medida que la historia avanza y Macondo crece, los sonidos también evolucionan. Instrumentos autóctonos se mezclan con cuerdas sinfónicas, orquestas completas y elementos europeos. “Esta transición refleja la influencia externa que llega al pueblo y cómo eso transforma no sólo su música, sino también su esencia”.

El diseño sonoro de la serie también contó con la participación del mexicano Sergio Díaz, conocido por su trabajo en Roma. Díaz y Sanabria trabajaron en una fusión que difumina los límites entre música, sonido ambiente y diseño sonoro. “Esa ambigüedad fue clave para captar el realismo mágico”, explicó Sanabria.

¿Le habría gustado a Gabriel García Márquez el sonido de su obra? El compositor expresó: “Me gusta pensar que le habría gustado. Traté de analizar todas las capas de su lectura y traducirlas en una propuesta poética y rica en emociones”.

Un homenaje a García Márquez y a Colombia

Laura Mora, una de las directoras de la serie, destacó que llevar Cien años de soledad a la pantalla fue más que una adaptación: fue un homenaje a la cultura colombiana. “Es una lectura poética de nuestra cotidianidad, una manera de soportar con belleza nuestras propias tragedias”. Desde los viajes de inspiración por Aracataca hasta la construcción de un Macondo que parece real, cada elemento de la producción busca honrar el legado de García Márquez.

* Texto adaptado para + Chilango

Salir de la versión móvil