Don Anahí, realizadora audiovisual y trabajadora sexual, presenta una serie de cortometrajes a favor de una reforma a la Ley General de Trata de Personas; con las proyecciones, ella recauda fondos para su primera película: Diario de una puta
Hablar de la representación en el cine nacional de mujeres que ejercen trabajo sexual, quizá nos evoque inmediatamente a la época del cine de rumberas, como se le conoce a ese periodo entre los últimos años de la década de los 40 y los primeros de la década de los 50.
La imagen icónica de la bailarina y actriz cubanomexicana Ninón Sevilla seguramente estará entre las primeras fotos que aparecerán en los motores de búsqueda, pues fue una de las pocas que alcanzaron la fama. La protagonista de Aventurera, igual que sus pares, participó en varias películas que de alguna manera moldearon ciertas ideas y prejuicios sobre el ejercicio del trabajo sexual.
“Ninón Sevilla siempre llegaba, usualmente, por engaño y por unos niveles de maltrato tremendos”, señala don Anahí, realizadora audiovisual, trabajadora sexual independiente y directora de Cortometrajas pornaguerrilleras, que se exhiben durante julio en dos espacios LGBTIQ+ de la Ciudad de México. “Me di cuenta de la urgente necesidad que había de mostrar otras formas de las trabajadoras sexuales”, explica.
Para don Anahí, la manera en que se percibe a las trabajadoras sexuales a través del cine impacta directamente en las políticas públicas, leyes y reglamentos, además de los comportamientos sociales y los prejuicios de los que ella misma es objeto: “Al momento de que yo salgo del clóset del trabajo sexual se me llenaron de muchísimas etiquetas que no me representaban, y que yo veía que eran totalmente influenciadas por películas y ahorita pues el internet, ¿no? Aunque el internet también ha ayudado a mostrar otras formas de hacer el trabajo sexual, como el Only Fans. Entonces me di cuenta que lo que quería decir era más ambicioso que lo que cabía en un cortometraje, y empecé a hacer un largometraje de impacto social para intentar que se reforme en México la Ley General de Trata”.
¿Prostitución o trabajo sexual?
La realizadora de origen poblano, quien se asume como lesbiana, de clase baja, explica que el concepto de “trabajo sexual” se utiliza en pocas leyes y reglamentos, pues por lo general se utiliza el término “prostitución”, lo cual hace que no exista un claro reconocimiento de lo que es el trabajo sexual independiente y que tampoco se castigue de manera adecuada la trata de personas.
En su caso, recuerda que trabajó de obrera, campesina y mesera, hasta que comenzó a posar desnuda en escuelas de artes plásticas y vio que se ganaba mucho más. Después llegó lo demás. “Mi definición de trabajo sexual independiente es que se realiza por personas humanas adultas mayores de edad, donde no son forzadas, donde no son obligadas, donde se respetan los comunes acuerdos tanto de la persona que ejerce el trabajo sexual como quien lo solicita”.
Antes de concluir su película, Diario de una puta, su última parada será Estados Unidos, en donde planea entregar un pliego petitorio contra la ley FOSTA/SESTA (que afecta no sólo a trabajadorxs sexuales sino a educadorxs y piscólogxs) ante el Senado y la sede de la ONU en Nueva York.
Una diosa
Al contrario de las tragedias narradas en el cine de rumberas, las experiencias de don Anahí en el trabajo sexual la han fortalecido: “mi clientela me ha tratado como una diosa y me han hecho sentir muy bien; me han apoyado a darme para arriba cuando la ciudad me hizo sentir una mierda, incluso muchas lesbianas con las que me relacioné, según muy deconstruidas y con ellas viví discriminación hacia mi persona, de ponerme todos los estereotipos: ‘de seguro es una fácil, lambiscona, foco de infección’, ¿sabes?, todas esas etiquetas que ahorita me las pego y digo ‘sí güey, sí lo soy’, me las pongo y las porto con orgullo”.
Proyecciones
Como una manera de dar a conocer su trabajo y de recaudar fondos para concluir su película, la cual le ha costado 12 años de esfuerzos, la realizadora presentará Cortometrajas pornaguerrilleras en el espacio Putópicas el sábado 20 de julio, cerca del metro Portales (reservas en reservaputopicas@gmail.com), y después, el 23 de julio, en Travesuras, espacio en la colonia Doctores. En ambos casos la entrada está reservada para mayores de 18 años.