Outsourcing, salarios de miseria y falta de materiales y condiciones de higiene es el día a día de lxs trabajadorxs que asean el gusano naranja
Por Edgar Segura*
El personal que el Metro de la CDMX subcontrata a través de terceras empresas para la limpieza de sus instalaciones sufre abusos físicos y verbales tanto de sus superiorxs como de lxs usuarixs; no recibe materiales adecuados para asear pasillos, andenes o vagones, y algunas veces hasta tiene que pagarlos de su propio bolsillo para poder trabajar.
Además, padece por la falta de mantenimiento a las estaciones y por descuentos injustificados que provocan que sus ganancias terminen siendo inferiores al salario mínimo.
Claudia, de 36 años, ha trabajado a través de este esquema de outsourcing para al menos dos empresas que proveen servicios de limpieza al Metro capitalino.
Para exponer las precarias condiciones en las que desempeña su labor, dio su testimonio en el documental Tratado de invisibilidad, donde la directora, Luciana Kaplan, aborda a profundidad y con diversos testimonios las problemáticas que rodean a las personas que se dedican a limpiar los espacios públicos de la ciudad.
En entrevista con Chilango, Claudia profundizó sobre la forma en que se vive el día a día de uno de los trabajos más duros, pero menos apreciados y peor remunerados: la limpieza del Metro.
Agresiones y descuentos injustificados
Claudia, que trabaja en Línea 1 del Metro, recibe por su trabajo $3,100 quincenales. Esto se debe a que la empresa que la contrata constantemente aplica descuentos injustificados a sus trabajadorxs.
“Te decían que [los descuentos eran] por los uniformes. Pero ya cuando ves las leyes, supuestamente los uniformes no te los deben de cobrar porque es parte del material que te deben dar”.
Las amenazas de descuento también operan como un elemento coercitivo para ejercer prácticas de explotación laboral, como el aumento de las jornadas de trabajo: “Supuestamente yo entro a las 06:00, pero a las 05:00 ya tengo que estar en San Lázaro, porque si no, no me dejan trabajar. Si tú no llegas a esa hora, ya no te respetan tu lugar; te regresan y ese día ya no te lo pagan”.
Claudia trabajaba antes en la Línea 9, pero tuvo que pedir su cambio tras recibir amenazas y agresiones de su superior al alzar la voz contra estas prácticas injustas. Su caso no fue único. Recuerda que con ella trabajaban personas de la tercera edad que incluso llegaron a ser golpeadas. Quienes acceden a trabajar en estas condiciones y a tolerarlas son precisamente las personas en situaciones más vulnerables.
Falta de materiales y de condiciones sanitarias
Increíblemente, ni el Metro ni la empresa que contrata a lxs trabajadorxs de limpieza les otorgan materiales e instrumentos adecuados para su labor. “Los líquidos que nos dan para la limpieza del piso están súper rebajados”. Cuando una escoba, recogedor o mechudo se rompen, no hay reposiciones; lxs trabajadorxs tienen que arreglarlos o comprar nuevos de su propia bolsa.
“Aparte del robo de tu sueldo, tienes que poner los materiales. ¿Cómo es posible que si esa empresa se dedica a la limpieza, no te dé lo mínimo para trabajar?”, cuestiona.
Estas personas también están a merced del mal uso de las instalaciones. Como ejemplo, Claudia recuerda las ocasiones en que le tocó lidiar con pasajerxs de la Línea 9 que salían de conciertos, festivales o eventos como la Fórmula 1.
“La basura no es el mayor problema, el problema es que cuando son los eventos ahí te vomitan a cada rato. En Pantitlán también hay áreas donde se hacen del baño, hay orines constantemente. Obviamente no nos dan el material adecuado para limpiarlo; se te puede pegar una infección o algo”.
Deterioro en las instalaciones del Metro
Otro reto es el deterioro de las instalaciones. En época de lluvia, las filtraciones de agua aumentan la carga de trabajo. Claudia acusa que la rehabilitación a las estaciones ha sido meramente cosmética y no resuelve sus problemas estructurales. Como ejemplo pone el caso de la Línea 1, donde ella trabaja:
“En tramo cerrado todas las estructuras están corroídas; les sale salitre. Y sobre esa estructura que está ensalitrada, le ponen los muros nuevos. Lamentablemente esa es la parte que no ven los usuarios. Cuando se abre la línea y tú la ves, aparentemente se ven los cambios, se ve bonito, pero al momento de las lluvias nosotros somos los que estamos batallando”.
Pese a las condiciones desfavorables, los maltratos y la precariedad laboral, Claudia asegura que puede sentirse orgullosa de lo que hace. Si bien considera que muy pocas veces lxs usuarixs valoran su trabajo, también piensa que eso es por el desconocimiento de sus condiciones laborales.
Persiste el outsourcing
A pesar de que con la reforma de 2021 en materia de outsourcing quedó prohibida la terciarización laboral, la ley dejó la puerta abierta a la subcontratación de trabajadorxs con actividades especializadas, como la limpieza y la seguridad.
La condición fue que las proveedoras de ese tipo de servicios se dieran de alta en el Registro de Prestadoras de Servicios Especializados u Obras Especializadas (REPSE) de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).
Gracias a esa laguna, el Metro puede contratar a una empresa que realice la limpieza de las instalaciones sin preocuparse por dar seguridad social a quienes hacen ese trabajo, lavándose las manos ante la violación de sus derechos laborales.
Al menos dos empresas han empleado a Claudia durante el tiempo que ha laborado en el Metro: Tecnolimpieza Ecotec S.A. de C.V. y Limpiacero S. de R.L. de C.V. Ésta última también ha realizado labores de limpieza en el Tren Ligero, Trolebús y Cablebús a través de contratos otorgados por el Servicio de Transportes Eléctricos.
- $3,500 quincenales netos es lo que recibe una persona que limpia el Metro de la CDMX, luego de una serie de descuentos injustificados
- 2021 fue el año en que se eliminó el outsourcing, aunque se dejó una puerta abierta para que siguiera la subcontratación de servicios de limpieza
- “Mucha gente puede decir ‘ay, guácala a lo que se dedica´. Pero cuando yo acabo el turno y volteo a todos lados y puedo decir ‘eso yo lo hice, yo dejé como espejito, no hay basura, no hay manchas’, me siento orgullosa” – Claudia, trabajadora del Metro
*Texto adaptado para + Chilango