Foto: Juana García

6 de noviembre 2024
Por: Redacción

“De San Simón Tolnáhuac queda poco”

El único pueblo originario que permanece en el corazón de la Ciudad de México se resiste a desaparecer

Por Juana García

Vivir a contracorriente es el pan de todos los días para lxs habitantes de San Simón Tolnáhuac, el único pueblo originario que queda en el corazón de la Ciudad de México: la alcaldía Cuauhtémoc. A la desaparición de los negocios tradicionales en la colonia se suman la inseguridad, el desorden inmobiliario y la falta de agua.

“Con la llegada de las construcciones privadas, ha cambiado mucho el entorno como pueblo originario, han desaparecido algunos negocios familiares y locales. Todo está muy caro y encima, también hemos padecido la escasez del agua y otros servicios”, denuncia Sabrina Páez Montes, coordinadora del pueblo de San Simón e integrante de la Comisión de Participación Comunitaria.

Hace alrededor de 10 años que comenzaron a llegar las empresas constructoras y la vida de las familias se ha visto afectada por la distribución desigual de los servicios públicos como el agua. Además, todo se ha encarecido y muchos negocios locales han desaparecido, como las famosas Tortas San Simón, ubicadas sobre la calzada que lleva el mismo nombre.

“De San Simón queda poco”, dice otro vecino que prefirió omitir su nombre, “nos quedan algunas tortillerías, ya no tenemos panaderías tradicionales como antes, ahora sólo hay expendios. Todo ha cambiado”. El hombre asegura que por las noches la colonia es muy insegura, más cuando no hay actividades.

A sus 46 años, Sabrina ha visto la inminente absorción de su pueblo originario por la voraz mancha urbana. Los edificios de cientos de departamentos no paran de construirse.

Por ejemplo, sobre el Eje 2 Norte se construye el conjunto habitacional “Manuel González”, el cual tiene proyectado 798 departamentos distribuidos en 11 condominios. Hace una década se construyeron otros 500 departamentos en la unidad habitacional Galaxia. Y las obras no paran.

“Del otro lado de la avenida, cerca del balneario La Ballenita, también está una zona residencial con 500 departamentos. Casi en todas las calles de San Simón hay construcciones nuevas”, dice Sabrina. Los precios de los departamentos son inalcanzables para las familias originarias de la colonia; los más baratos, sobre la calle Lerdo 360, rondan el millón y medio de pesos.

“¿Usted cree que a alguien con una vida normal le va a alcanzar el dinero para adquirir una casa con ese precio?”, cuestiona otro de lxs vecinxs. 

Dos meses sin agua

Sabrina insiste en que el mayor problema de la colonia es la escasez de agua. “Antes no carecíamos de agua. Hay algunas zonas como por la calle de Inglaterra, en donde sólo llegan a tener unas horas de agua”.

A principios de este año, lxs vecinxs del conjunto condominal Torres San Simón, que consta de 531 departamentos, se manifestaron tras no tener agua potable durante más de dos meses.

Las megaobras también han desaparecido los negocios locales y tradicionales que antes le daban vida a San Simón como pueblo. Por si eso fuera poco, también queda la preocupación de que lxs habitantes originarios de Tolnáhuac pronto se conviertan en minoría y sean lxs nuevxs residentes quienes decidan sobre la vida del pueblo.

Sin recursos

La plaza de San Simón Tolnáhuac se llena por las tardes de personas que realizan distintas actividades artísticas y culturales. Algunas personas aprenden algún instrumento musical, otras ensayan salsa, un grupo más se activa con zumba. Lxs niñxs reciben asesoría de matemáticas y de otras materias durante la tarde. Las actividades recreativas inician desde las 11:00 horas.

Sin embargo, el proyecto cultural y artístico en este lugar emblemático del pueblo no dura todo el año y sólo se mantiene activo algunos meses por la falta de dinero. “Hemos trabajado desde hace siete años con un recurso mínimo del presupuesto participativo, porque creemos que estas actividades nos permiten convivir y regenerar el tejido social”, explica la coordinadora del pueblo de San Simón.

El presupuesto participativo es una fracción del presupuesto de las alcaldías (el 4%) que por ley deben destinar de forma igualitaria a todas las colonias y pueblos que las integran para que puedan mejorar su entorno con obras elegidas por la propia comunidad.

Sin embargo, los recursos que recibe San Simón Tolnáhuac apenas sirven para que las actividades de la plaza se mantengan durante tres meses. En el año 2022 ni siquiera se ejecutaron los recursos “porque nosotros no aceptamos que el trabajo de varios meses se quisiera hacer en un mes”, explica Sabrina.

En un principio, el proyecto estaba diseñado para seis meses, pero en la administración de la exalcaldesa Sandra Cuevas el programa se redujo a tres. Sabrina denuncia que, en la ausencia de estas actividades, San Simón se vuelve inseguro y lxs vecinxs dejan de salir al único parque emblemático. Este año, las actividades se desarrollan de octubre a diciembre.

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